Una nueva vida 48.3

— Milady- entró una criada- el desayuno está en el jardín

— Gracias Amanda- la sonrió a la criada- enseguida vamos, hermano- dijo dándole un beso en la mejilla a su hermano- si me disculpas, Alejandro y yo tenemos cosas de las que hablar, milady- dijo dirigiéndose a Lady Ana- me ha encantado verla aquí, lamentó no haber tenido tiempo de hablar mejor con usted, me disculpará, ¿verdad?

— Por supuesto- la contestó Lady Ana atónita ante el trato que esa mujer tenía con Lord Alejandro

— Bueno, Lady Ana, de todas maneras veo que no la hace falta nuestra compañía, Lord José está muy pendiente de usted- dijo sonriendo a José- ¿para cuándo será la boda Lord?- le preguntó con ironía y observó como él se levantaba y se acercaba para darla un beso en la mejilla

— Cuándo quieras hablo con tu hermano- la susurró al oído- la verdad es que no sabía que querías casarte tan pronto conmigo- la sonrió mientras se alejaba

— Bueno- volvió a comentar Radians presa del pánico- en verdad cuando tengan la fecha espero que me inviten, no me perdería esta boda por nada del mundo

— No sé, últimamente hay más de un rumor de boda por la zona- sonrió Lady Ana- les aseguro que yo tampoco me perderé la boda de Lord Alejandro, espero que me inviten

— La invitaré, Lady Ana, téngalo por seguro, será una boda por todo lo alto, con un gran festín y muchas damas de honor, estoy demasiado enamorado y quiero que mi princesa- dijo mirando a Radians porque sabía que ella conocía lo de Melisa- luzca y tenga una boda de ensueño

— Alejandro, querido, se nos va a enfriar el desayuno

— Tienes razón, perdona mi amor, se me olvido el tiempo hablando de la boda

— Entonces, vamos Alejandro- le tendió el brazo a su amigo para que la agarrara- Lady Ana- la dijo volviéndose- se me olvidaba- vio que todos la miraban- tenga cuidado con su amiga, Lady Lidia, estoy segura de que si se entera de que pretendes al que iba a ser su futuro marido, se cabreará y te llamara de todo- dijo volviéndose para marcharse y notando la mirada de las tres personas que estaban a su espalda, fijas en ella.