El amor es ciego y la locura lo acompaña
Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre en un lugar de la tierra. Cuando el aburrimiento ya había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas? La intriga levantó la ceja y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso? Es un juego - explicó la Locura - en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden. Cuando yo haya terminado de contar, el primero que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. El entusiasmo bailó secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. La soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la cobardía prefirió no arriesgarse a ser descubierto. Uno… dos… tres… cuatro… - empezó a contar la locura....