El arte de las palabras

Si hace relativamente poco tiempo, os contaba mi experiencia con la moto, hoy he visto algo que me lo ha recordado todo, pero desde la otra perspectiva. He salido con mi madre a comprar, estabamos paradas en un semaforo, y mi madre miraba y me señalaba a un perrito muy pequeño que jugaba con otro más mayor, cuando de repente hemos sentido como si dos coches se hubieran dado y vinieran contra nosotras, rápidamente nos hemos dado la vuelta, y mi sorpresa ha sido enorme, cuando al mirar, hemos visto como un coche gris, creemos que un Peugot, arrastraba bajo sus ruedas algo negro, mi madre ha gritado que se le había caído el parachoques, pero, yo he visto dos ruedas bajo el coche, y he salido corriendo hacia allí, el coche no frenaba, y arrastraba una moto con un hombre debajo, la moto se había quedado enganchada a un lateral del coche y ambas hombre y moto se metían cada vez más debajo. De repente la moto se ha desprendido del coche con tal fuerza, que el hombre ha salido con ella, caye...

A pesar de los pronósticos de quedarse allí por una temporada más, lo de pensar había durado poco tiempo, tres días después, habían llegado los hombres de Halk y Sabell, una gran contingente de caballeros que pobló el pueblo en un minuto llenando las habitaciones libres de los hostales. La gente fue muy hospitalaria, y también cedieron habitaciones de sus casas para albergar a toda la multitud, ninguno pensaba que los jóvenes que días antes paseaban por el pueblo acompañados de una familia de pescadores, se hubieran convertido de repente en lores de dos de las tierras más importantes que apoyaban al rey. Los primos de Isemay, junto a uno de los hermanastros de Osmar,  llegaron unas horas antes que el resto con un grupo reducido de hombres, al parecer el mensaje había llegado antes a Sabell y ellos habían preparado todo para ir a buscarles.             Isobair y Reinald, llevaban semanas preocupados, intentando seguir la más l...

Como algunos de vosotros sabréis a estas alturas, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha dictado una sentencia en la que afirma que llamar "zorra" a una mujer no es delito ni falta ni nada porque quien usa ese adjetivo en realidad quiere decir que dicha mujer es astuta y sagaz. He aquí el escrito que le ha remitido una ciudadana…… "Estimado juez Del Olmo: Espero que al recibo de la presente esté usted bien de salud y con las neuronas en perfecto estado de alerta como es habitual en Su Señoría… … El motivo de esta misiva no es otro que el de solicitarle amparo judicial ante una injusticia cometida en la persona de mi tía abuela Felicitas y que me tiene un tanto preocupada. Paso a exponerle los hechos: Esta mañana mi tía abuela Felicitas y servidora nos hemos cruzado en el garaje con un sujeto bastante cafre que goza de una merecida impopularidad entre la comunidad de vecinos. Animada por la última sentencia de su cosecha, que le ha hecho co...