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Mostrando entradas de junio 27, 2011

¿Qué hacen? Mirarte.

Me palpita el corazón a mil por hora solo de pensar, puede que parezca ilógico, incluso irracional, sé que mejor que nadie que tengo que enfrentarme a ello, pero no puedo.  Llevo toda la noche sin dormir, pensando en lo que ocurrirá mañana, y no es el miedo al dolor, ni siquiera es el miedo a desmayarme,  si lloraré o no después de que ocurra, ni tampoco el modo en que me mirarán, … Y estoy segura de que me mirarán, porque miles de personas pasan al día por ello, pero yo, no puedo. Lo sé, lo acepto, pero… Tal vez no se cambiarlo, o no se pueda, he leído mucho sobre ello, traumas de la infancia, experiencias traumáticas... Puede, es cierto, pero, ¿Eso como se cambia?  Ya estoy allí, amaneció, he de enfrentarme a ello, y espero la fila que me llevará hasta eso, estoy enfrentándome a ello, aunque mire la puerta por la que puedo salir corriendo en cualquier momento.  Correr, eso es lo único que pasa por mi cabeza, pero, ¿Cómo hacerlo? Me estoy ahogando. Es un sentimiento horrible,

Isemay- Parte 7.2 VIVO

La joven cayó al suelo por el impulso, los cabellos taparon su rostro, y seguramente sus manos habían quedado dañadas. Los dos jóvenes observaban el trato que ella recibía sin mediar palabra, si ella soportaba a ese hombre, debía ser igual que él o peor, y ¿Qué clase de prometido mostraba a su esposa los calabozos de su castillo? Se guardó silencio mientras la joven parecía estar decidiendo que hacer, finalmente ella retiró con cuidado el pelo de su rostro, y no miró a ninguno de los presos que estaban allí, aún estaba tirada en el suelo y con la ropa manchada de barro y polvo, cuando alzó la cabeza y se volvió para mirar a Wilde, el odio que se veía en sus ojos, el paso atrás que dieron los guardias que la acompañaban, no hicieron más que ayudar a que la joven volviera a retomar su valor y mirará a Wilde desafiante. Aún en esa posición, cuando era una mujer vulnerable, miraba a un hombre armado, y acompañado de guardias que bien podían azotarla de esa manera, de repente, la joven lade