Isemay 39.4
Osmar no podía creer lo que veían sus ojos, su pequeño acomodándose en el brazo de Reynald con esa familiaridad propia de un padre que cobijaba a su hijo bajo su protección, e Isemay, su mano sujetaba fuertemente la de su primo, y le sonreía al entrar en palacio. A penas se la veía con la oscuridad de la noche, pero sintió como ella levantaba la mirada hacia el cielo, como una súplica de que la sacaran corriendo de ese lugar, de hecho, eso parecía cuando miro atrás viendo alejarse el carruaje. Su vestido claro, parecía acompasar sus movimientos cuando comenzó a andar para subir las escaleras junto a su primo. Las hijas del rey ya entraban corriendo por la puerta. - Están juntos- dijo por fin dándose la vuelta para servirse una bebida lo suficientemente fuerte como para que le hiciera olvidar. - ...