Isemay- Parte 33.10 MUERTO
Los caballos relinchaban dentro de las cuadras, temerosos de que el fuego les alcanzara, las mujeres corrían con los niños en sentido opuesto al fuego. Se oían llantos de niños, incluso su propio hijo lloraba debajo de la manta. - Deberíamos ayudar- le agarró el brazo Isemay, despertándole de la pesadilla que él había vivido en su propia aldea. - No te separes de mi, pase lo que pase- se volvió a duras penas para indicarla antes de intentar avanzar ante la oleada humana que iba hacia ellos- ¿el niño está bien? - Si, solo tiene hambre- le indicó. - ¡Mercenarios!- oyó gritar a uno de los hombres y como empujado por resortes desenvainó su espada. - ¡Correr!- Fue el siguiente grito de horror que vino de lejos. Osmar la tomó de la cintura y la empujó hacía una pared oculta entre las sombras, varios caballos montados con jinetes encapuchados pasaron ce