Isemay 41.3
No podía negarlo, aun se derretía por dentro cuando él se acercaba, no la había tocado, pero habían estado en la misma sala algunas veces, y una mirada suya había servido para caldearla por dentro, para sentirse querida. ¿Cuántas veces había soñado con eso? Muchas, más de las que quisiera recordar, y hubo un tiempo en que lo había conseguido, el tiempo que vivieron juntos, que compartieron amándose, el tiempo en el que él renunció a todo por estar con ella, cuando decidió que ya no era una niña, que era una mujer y quería compartir su vida a su lado. ¿Por qué no pensó eso antes de marcharse? Al menos podía habérselo explicado, ella hubiera comprendido, jamás hubiera puesto en peligro a Olaft, pero desaparecer, sin rastro de donde estaba, meses de angustia pensando en lo que podía haberle pasado, si estaba bien o mal. Ahora entendía su reacción, estaba enfadada y sentía rabia por que no hubiera confiado en ella, en como protegería a su hijo, como estaba dispuesta a sacrificar su...