Isemay 40.9
Cuando llegó hasta el sillón más alejado del balcón donde estaba segura de que Osmar los miraba, ya había decidido cómo explicarle a su hijo la situación, a lo mejor había sido demasiado dura con él, pidiéndole que se quedara con un extraño. Con su hijo sobre sus piernas, lo abrazó, y le hizo que la mirará. - Te acuerdas de que mamá te contó que Reynald no era tu papá, que papá se había tenido que ir a un sitio muy lejos, para poder luchar contra los malos- le explicó a su hijo, y esperó a que él asintiera. - Si, con la espada, el papallo- comenzó a interesarse el niño por la historia. - ...