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Mostrando entradas de octubre 13, 2011

El gato con botas.

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Nunca comprendí, el cuento del gato con botas, ese gato que tenía todo su poder en sus botas y que no iba sin ellas a ningún sitio, ya que parecía que ellas le daban la sabiduría y la fortaleza, bueno, miento, nunca lo comprendí, hasta que tuve mis primeras botas, o porque no decirlo, mis primeros zapatos con tacón. Desde pequeña, siempre me ha gustado bailar, prueba de ello es que me encantaba ponerme vestidos de sevillanas, con sus tacones, que hacía resonar por toda la casa. A medida que fui creciendo, cambie esos mismos zapatos de baile, por otros, un poco más sofisticados, diferentes, pero que tenían el mismo uso, bailar, taconear, demostrar al mundo la fuerza que tiene un sonido, producido por el movimiento de las piernas, y no, por el andar... Cuando decidí, dejar el baile, para ir a otras clases, los tacones se quedaron conmigo. Mi abuela siempre me dice "Una mujer bella, es aquella que sabe pensar, y además, andar con tacones", bien, yo puedo decir, que me c

Isemay- Parte 15.14 VIVO

El joven rezaba porque su amigo se comportase y no le apartase de su esposa de un empellón, aunque de esa forma tal vez lograría que Isemay se diera cuenta de los sentimientos de su esposo, pues se temía que ni él mismo supiera cuales eran. A medida que se acercaban, se podía ver mejor como la mano del joven descansaba justo en el hueco que formaba la cadera de Isemay, era cierto que llevaba del mismo modo agarrada a Clotilde, pero ellos parecían conocerse. Los dedos de Isemay jugueteaban nerviosos sobre su regazo, como sino entendiera como salir de esa situación. -                             Dile que está casada- susurro Osmar. -                             No montes una escena- se volvió Uwuain hacía él al ver que apartaba la silla de la mesa. Cuando estuvieron frente al grupo, el joven la susurro de nuevo algo en el oído que la hizo sonreír. Después la mirada de Isemay se encontró con la de su esposo, y vio que algo no iba bien, intentó separarse del joven, tal vez, Osmar no querí