Isemay- Parte 38.3 EXILIADO
Una hora después, Isemay sostenía a Olaf entre sus brazos mientras abandonaban la propiedad que durante dos años la había protegido del dolor, la soledad, la amargura y la rabia del abandono de su esposo. Miró a su primo, que sentado sobre un caballo, acompañaba el carruaje del lado de su ventanilla, él la devolvió la sonrisa, como si supiera en todo momento que pensaba y que no era feliz de tener que abandonar su casa. - Ya te he dicho esta mañana que vamos a regresar verdad, no te preocupes más, os traeré de vuelta a ambos. - Reynald, si pasa algo, prométeme que sacarás a Olaft de allí, tráele de vuelta a su casa de acuerdo, no quiero que Osmar se haga cargo de él,...