El arte de las palabras

Capítulo 37 Osmar estaba en la corte, esperando recibir una audiencia con el rey. Había recibido una carta suya, hace apenas dos meses, y había tardado en recorrer todo ese tiempo la distancia que lo separaba de su destino. Ahora, esperando impaciente en uno de los salones de su primo, miraba el vaso de licor que le habían dejado sobre la mesa, mientras Uwuain miraba a través de la ventana con el rostro tenso y la mandíbula apretada, algo había ocurrido, ambos lo sabían, y pensar que Isemay no había parecido en todo ese tiempo, no aumentaba su tranquilidad. Ambos estaban nerviosos, el rey decía en su carta únicamente que podían y debían regresar, sin más explicaciones, los dos se preguntaban si la horca les estaba esperando. De pronto las puertas se abrieron y su primo entró con paso enérgico a través de la estancia, tenía ojeras y parecía cansado, como si llevara mucho tiempo sin dormir. Uwuain miró a Osmar sabiendo que el rey traía malas noticias para ellos. Pero, no había ejérci...

Os parecerá raro, pero le hice a Begoña el fondo del blog con una muñequita, y ella me pidió transformarlo con otra imagen, siento el retraso Begoña, tengo una cabeza... Lo tenía hecho y no lo colgué, pensando que si... Pero aquí lo tienes. Así queda... Y este es el código para insertarlo en el blog:

Y bueno, os contaré otra anécdota, ya que hoy es Domingo y me siento generosa jejejeje. Cuando era pequeña, abrieron en mi barrio una tienda de 100 ptas, yo estaba ilusionadísima, porque habían puesto un montón de juguetes. Así que ahorraba para comprarme cositas... Tenía 800 ptas reunidas, y fui a la tienda una tarde con unas amigas. Cuando llegué, el tendero muy amable, me llevó hasta una estantería de cosas que habían llevado nuevas, y nada, al principio las cosas grandes me llamaban mucho la atención, tenía camas para la Barbie, mesas, sillas, etc... Todas desmontables y que podría llevarme a cualquier parte.  Mis amigas ya las tenían, así que yo también las quería, porque cuando íbamos a algún sitio ellas desmontaban sus cosas de la casa y en cualquier lado podían hacer una casa nueva para la Barbie, pero yo no.  Pero cambie de idea, porque vi que había una cajita con bebes de la Barbie, unos venían con la trona, otros con la cuna, otros con la bañera, y así... Costaba...