Hay murallas que no hay que dejar que nadie construya a nuestro alrededor.

Una vez, alguien decidió ignorarme, ¿y qué hice yo? Aprendí a vivir sin esa persona, al principio le necesite, a cada instante, echaba de menos sus brazos, su voz, sus miradas, sus mensajes y sus llamadas, pero, poco a poco eso fue remitiendo y aprendí a vivir sin él.

Entonces comprendí que cuando alguien te ignora o te hace de lado, te enseña una lección que es importante en la vida y por la que todo el mundo debe pasar, aprender a vivir sin necesitar que nadie nos complete.

Un día te levantas, cansado o cansada de tantas lágrimas y de repente ves que esa persona no es lo que pensabas, porque ya no la necesitas para seguir avanzando, de echo, gracias a esa persona has recibido el empujón que necesitabas para despertar y seguir adelante.

Sinceramente, un día, alguien decidió ignorarme, ¿y qué hice yo? Aprendí que nadie es imprescindible y sobre todo, aprendí a vivir sin esa persona.

De verdad si estas en esa situación en la que alguien te lo esta haciendo pasar mal, no cierres los ojos, al revés, ábrelos con más ganas, esa persona no te merece, te va a dar incluso una gran lección, y lo más importante, siempre hay alguien que espera por ti, aunque sea en la distancia.

No vivas por ni para nadie, tienes una vida que es únicamente tuya, en la que tu decides lo que hacer hoy, lo que hacer mañana y lo que hacer pasado... Hay que tener cuidado de no dañar a los que están a tu lado, pero, no te dejes controlar por una relación que a veces es más tóxica de lo que piensas.

Hay murallas que no hay que dejar que nadie construya a nuestro alrededor.