Ser pequeños

Esta semana, hemos celebrado en el cole la semana cultural, ensayos, ensayos y más ensayos, para que los bailes queden perfectos, y tanto ayer como hoy los pequeños se han lucido, desde danzas chinas, teatros, trabalenguas, poemas y hasta un rap se han marcado los alumnos para impresionar a los padres.




Mañana llega el turno de los más pequeños del colegio, infantil, la sala estará abarrotada, o al menos se augura así, y es que hagan lo que haga quedará precioso.

Con cuanta ilusión lo han preparado y que gran esfuerzo han realizado para que todo sea tan especial. Pero de tal esfuerzo, tal resultado, los dos días que llevamos han sido sorprendentes.




Mañana no solo actúan los pequeños, sino que además se gradúan. Me siento tan nerviosa como ellos, que cuando los veo por los pasillos me dicen una y otra vez, "mañana seremos mayores" y es que sienten la gran importancia de ese día como su cambio a Primaria, y con ello al recreo de los grandes. Están concienciados de que dejaran de jugar y las clases serán diferentes, pero a ninguno les importa, que sencillo sería para los adultos si toda nuestra vida, las decisiones que tomáramos para hacernos mayores fueran tan sencillas.





Vestidos con el birrete y la beca se hicieron las fotos la semana pasada para que su orla adorne los pasillos de Infantil, verlos vestidos de esa manera me recordó el día en que yo me hice las fotos para mi orla de la universidad, fue la misma sensación, pero además pensé, "mis niños se han hecho mayores" y es que solo llevo con ellos parte de este curso, pero les he cogido tanto cariño, que mañana cuando uno por uno suban al escenario para recoger su diploma, su orla y su vÍdeo recordando los mejores momentos de Infantil, estoy segura de que me sentiré más orgullosa si cabe de lo que estoy ahora.

Y es que una cansada y larga jornada llena de gritos, y de mandar callar, merece la pena, cuando sus caritas se vuelven expectantes hacia ti, para que les leas un cuento, le expliques las actividades, o simplemente les felicites por sus logros. Ante eso, todo merece la pena.

Me pregunto cuáles eran mis problemas cuando era pequeña, si en verdad me preocupaba tanto que me quitaran la pelota, o que no me saliera bien el ejercicio que la profesora me había mandado, que se me olvidaran las galletas que la profesora había pedido, o se cayera un vaso de agua sobre mi falda del uniforme. Para ellos todo eso es un mundo, me pregunto porque no ver los problemas de adulto de esa manera, tonterías que importan hoy, y en el momento, pero que mañana pensaremos, ¿en verdad eran para tanto?

Desde aquí voy a desearle suerte a todos los que aún no han actuado. Y mi más sincera enhorabuena a los que se gradúa mañana en Infantil y el próximo día en Primaria.



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