Isemay- Parte 11. 1 VIVO


Los pasos comenzaron a resonar más fuerte y cada vez más cerca de ellos, después un grito de alarma, al otro lado del corredor. Uwuain se movió a penas para asomarse, y vió a Osmar al otro lado, luchando con dos de los guardias, agarró a su hermana por los hombros y ella levantó la cabeza creyendo que volverían a salir corriendo, pero su hermano le colocó un dedo en los labios y la instó a que guardara silencio y no se moviera de allí.
Uwuain se separó de ella, y aunque Isemay intentó retenerle al ver lo que pensaba hacer, él no la hizó caso. Osmar luchaba contra dos combatientes.
Habían decidido separarse para buscar a Isemay, pero ahora que ella estaba a salvo, podían volver a ir juntos, sería más fácil de ese modo defenderse y defenderla.
Por un momento, Uwuain pensó en la expresión que pondría Osmar cuando la viera tan magullada, si hubiera sido él quien la encontrara sollozando entre los golpes de Wilde, probablemente ahora el hombre estaría muerto, no solo inconsciente, y a pesar de que la rabia de Uwuain le había pedido que le rebanara el cuello con su propia espada, no quería correr el riesgo de que los alcanzaran, era mejor huir.
Entró en la batalla blandiendo la espada que le había quitado a uno de los guardias minutos antes cuando fue a rescatar a su hermana, y golpeó al primero de los hombres con ella en la cabeza antes de que pudiera ni siquiera darse la vuelta, el honor decía que no se debía atacar a un hombre por la espalda, pero era un caso de fuerza mayor y no pensaba alertarle para que pudiera dar la alarma. No tenía pensado volver a entrar en ese sótano por nada del mundo.
El segundo hombre ni siquiera notó la presencia de Uwuain hasta que este le introdujo la espada por la espalda cuando se disponía a dar un golpe con la suya a Osmar, cuando el alguacil cayó al suelo fallecido, Osmar reparó por primera vez en la presencia de su amigo.
-                            ¿La encontraste?- le preguntó Osmar- dime que ella está bien- se acercó a él cuando este asintió- me has dado un susto de muerte cuando he visto que los hombres caían ante mi y no veía la razón.
-                            La encontré, ella esta bien- sonrió y se dió la vuelta para volver con su hermana- no la digas nada, tendrá tiempo después de lamentarse. 
-              ¿Por qué?- le preguntó a la vez que torcían la esquina detrás de donde ella estaba oculta.

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