La ambulancia era tan blanca... (PARTE 7)
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Poco después, llegó la ambulancia, me subieron a ella, yo no protesté, estaba tan nerviosa, que el médico le pidió a mi madre que esperara fuera, yo no quería que nadie me tocara.
El médico, era un chico joven, recuerdo que me sonrió y me dijo que iba a tener las piernas bien, que tenía que dejar que me mirara, me tumbe, no quería verlo, y noté como cortaba con las tijeras el pantalón, después hoy como me desabrochaba la cremallera de la bota, y miré hacia abajo.
Lo que ví, bueno, mi pierna derecha estaba destrozada, toda llena de sangre, e hinchada, la izquierda estaba bien, me dolía, pero solo eran rasguños.
El médico me dijo que me tranquilizará, pero no era nada fácil.
Hasta ese momento, jamás había visto una ambulancia por dentro, tan blanca, con tantos tubos en las estanterías que están por todas partes, agujas, jeringuillas, mascarillas de oxígeno, el desfibrilador.
Bueno, no quería estar allí, era normal que estuviera nerviosa, pero me dijo que si no me tranquilizaba iba a tener que dormirme, intenté respirar, controlar los nervios, aun así, mis pulsaciones, iban muy, muy rápido.
Bueno, no quería estar allí, era normal que estuviera nerviosa, pero me dijo que si no me tranquilizaba iba a tener que dormirme, intenté respirar, controlar los nervios, aun así, mis pulsaciones, iban muy, muy rápido.
Comenzó a abrir una aguja, y bueno, es otra historia, pero tengo fobia a las agujas, así que, le miré y le agarré la mano pidiéndole por favor que no me pinchará, se empezó a reír y me dijo, si me dices que no te ponga un calmante con el dolor que tienes, es que saldrás adelante.
Le dije, que el miedo a la aguja, era mayor que el dolor que pudiera sentir, me dijo que no iba a pincharme, pero tenía que relajarme, y fue instantáneo, mis pulsaciones comenzaron a descender, y comencé a sentir que en mis pulmones entraba aire (Lo que hace tener fobia a algo).
Continuará.
Comentarios
un beso. Amelia.
La verdad, podía ponerlo todo más suave, pero, seguro que no surtiría el mismo efecto, y de veras quiero que me hagan caso en esto, estoy segura de que enseñarás a tus niñas la importancia de ponerse el cinturon, el casco, etc. Aunque creo recordar que me dijiste que nada de motos ;)
Un beso.
Un abrazo
Eres muy valiente, ¿lo sabías?
Todos los valientes tienen miedo a las agujas, yo soy muy cobarde, no me da miedo nada porque me da miedo demostrarlo.
Profe, si yo hubiese sido el doctor ti diría, mira, un vurro Bolando y tú, por deformación profesional, querrías amonestarme por las faltas de ortografía y yo chassssss, aprovecharía la distracción para pincharte el calmante.
Luego me ajostiarías, pero eso ya sería otra historia.
Saludos, va bien el relato, la profe tenía ganas de vivir.
Todos tenemos miedo a algo, lo mío es exagerado, pero, todos tienen miedo a algo. Gracias por lo de valiente, no sabía que los valientes tienen miedo a las agujas, lo diré la próxima vez, cuando me digan que es una chorrada :P
Podía habérmelo pinchado, no me hubiera quejado mucho, no podía moverme, pero vamos, que acto seguido hubiera perdido el conocimiento, aunque bueno, una vez más o menos ese día, hubiera dado igual ;)
Claro que tenía ganas de vivir, una vez que me dí cuenta de que no estaba muerta, pensé, hombre pues no es tan malo después de todo, el dolor se pasa, las cicatrices se curan... Todo tiene remedio menos la muerte.
Un beso.
Un beso.
Bueno, a ver que tal termina esto... que parece que te haya pasado muuuuchas veces de lo bien que lo cuentas, y seguro que tuvo que ser horrible.
Besos!!
En fin, si eso me ayudo a contarlo así, a lo mejor hice lo que tenía que hacer.
Un beso. Es un asco las fobias :(
un beso +1 ejejje este Daniel.....
Las ambulancias no son nada agradables... aggsss
Un beso.
Sueño con enfermeras pelirrojas tol rato, hasta despierto...
Cosa más rara...
Orthos, el mejor escondite "dicen" para huir de una jeringa es bajo la cama pero curiosamente, eso también lo saben los padres :)
Pero vamos, que acabo de imaginarme a Orthos, escondiéndose bajo la cama, mientras un médico le persigue con la jeringa en alto jajajaja.
Me imaginé a Orthos, porque paso de imaginarme a mí.
Un beso.