Isemay- Parte 22.2 VIVO


-                            Aún no estamos suficiente lejos- volvió a cogerla del brazo.
-                            Puedo andar sin que tires de mi- se soltó otra vez con un tirón y pasó frente a él para andar delante- además, ¿quieres llegar al siguiente pueblo a pie o me vas a decir que pasa?
-                            No vuelvas a comportarte así- la cogió del brazo para que le mirara- maldita sea, eres mi esposa.
-                            Algo que tú has olvidado demasiado a menudo, ¿Por qué no puedo olvidarlo yo?
-                            Ya te he pedido perdón, y no voy a tolerar esta actitud infantil. Se supone que vamos a intentarlo de nuevo.
-                            Yo no he sido quien ha montado una escena por su ataque de celos sin justificación. Y no entiendo porque no puedo reírme con mi gente.
-                            Son hombres, ¡Maldita sea!
-                            Son mis hombres, caballeros que sirven a mi hermano y a mi padre.
-                            Eres mi mujer- la espetó enfadado.
-                            Por supuesto que lo soy, ninguno de ellos lo ha dudado, no has dejado que mirarles mal en cuanto se acercaban a mi.
-                            De este modo todos sabrán que eres mía- la replicó mordaz, tentándola a contestar.
-                            No voy a comportarme como tu, no pienso dar rienda a suelta a tu enfado, solo porque quieres discutir, puedes decir lo que quieras, porque no vas a conseguir lo que esperas de mi.
-                            ¿Qué se supone que quiero?
-                            Dímelo tu, Rohan solo estaba vertiéndome vino en la copa, y mi hermano comentaba una broma.
-                            Que tú has seguido, y no ha sido de buen gusto.
-                            Me disculpo si te ha molestado, pero vas a tener que irte acostumbrando- se volvió para regresar al campamento.
-                            Tu vas a tener que acostumbrarte, no yo- la cogió de nuevo para que le mirara- se que has estado mucho tiempo sin hacer lo que le corresponde a una esposa, pero ahora lo harás, por mi vida, que terminarás comportándote como tal- la amenazó.
-                            Por desgracia, yo siempre me he comportado como tu esposa- lo silenció con sus palabras y se arrepintió en el momento que salieron de su boca.
-                            No me gusta verte con otros hombres, no los quiero cerca de ti…- volvió a hablar después de un silencio en el que ambos se miraban- quiero que lo intentemos de nuevo, quiero ser tu esposo.
-                            Yo también quiero intentarlo, pero no cuando te pones en esta actitud, no he hecho nada malo, y no puedes controlar que haya hombres que se acerquen- le rodeo el cuello con los brazos para que se tranquilizara.
-                            Claro que puedo, a partir de hoy no vas a separarte de mi lado- la rodeo la cintura con sus brazos.
-                            Me dijiste que tendría libertad- le recordó ella, mientras se ponía de puntillas y le besaba en la comisura de la boca, quería provocarle, ver hasta que punto podía controlarle.
-                            Pues ya no pienso igual- la tomó de la cintura atrayéndola más hacia sí- te quiero solo para mí.
-                           Olvidemos lo ocurrido- pudo decir antes de que su esposo comenzara a acercarse a ella.
        

Comentarios

EldanYdalmaden ha dicho que…
Uyyy, después de la tormenta viene el maremoto...... me pongo las manos en los ojos pero abro un poco los dedos......
Tamara ha dicho que…
Jajajaja, ya verás que ladrillazo le manda ahora por espabilado jajajaja.

Abre los ojos que te lo pierdes...

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