Isemay- Parte 23.2 VIVO
Aquí termina el capítulo 23, es cortito, y bueno, ahora os explicaré algo del libro, y es que se divide en varias partes con un transcurso importante del tiempo, durante la segunda parte, irán apareciendo escenas y pensamientos de lo que no os cuento, espero que os vaya gustando, os dejo unos días, para que leáis todos los atrasos que tengáis. Un besazo.
- Era un regalo para mi hermano- le dijo- para que recordara cada momento de su vida la forma en la que se despidió de mi- dijo con dolor.
- Estaba dolido- intentó defenderle él.
- Y yo también- fue su respuesta- era una niña a la que sacaron de su hogar para casarse, todo el mundo me decía lo feliz que iba a ser, pero esa felicidad nunca llegó- se volvió para mirar por la ventana los jardines que ahora podía observar sin llanto después de tantos años.
- Te haré feliz- dijo abrazándola por la espalda y entrelazó sus manos sobre su vientre- te lo prometo.
Los minutos pasaron sin que ninguno de los dos se diera cuenta de que el sol caía mientras ellos permanecían quietos y esperando a que el tiempo borrara el dolor de los recuerdos. Un caballo relinchó en el silencio. La tarde llegó y con ello los hombres salieron como cada día al campo de entrenamiento a practicar con sus espadas. Una criada subió para recoger el cuarto de la señora, pero salió con sigilo cuando los vio parados frente a la ventana. Las nubes parecían pintar tapices en el cielo, como si quisieran conmemorar que la señora estaba de vuelta en casa.
- Puedes quedarte con tu amante- rompió Isemay el silencio.
- La he pedido que se marche- no la soltó mientras se lo decía.
- No tenías que haberlo hecho- por fín se movió para separarse de él- voy a descansar un rato, después te veré para cenar.
- He ordenado a los hombres que vayan a buscar tus pertenencias a Sabell, solo esta a medio día de camino, seguramente volverán para esta noche. Traerán todo, porque no se si tienes algo importante que recoger allí.
- ¿Por qué trajiste todas mis cosas aquí?- preguntó cuando él se volvía para salir por la puerta.
- Creo que inconscientemente, siempre supe que volverías.
- Si tengo algo importante que quiero que traigan, pero preferiría ir a recogerlo yo.
- Lo harás cuando mis hombres estén seguros de que el camino esta despejado, no voy a permitir otro secuestro.
- Reyna me echará de menos.
- Isobair me aseguró que la traería, no debes preocuparte por ella.
- Está bien.
- Isemay, he ordenado doble seguridad, hay más turnos de guardias, y quiero que salgas siempre acompañada, habrá hombres durmiendo en la puerta de nuestra alcoba cuando yo no este en casa, y permanecerán en las entradas a los pasillo cuando duerma contigo. No quiero que te alejes sin decir donde vas, y no desaparezcas de la vista de ninguno de mis hombres.
- Te agradezco el despliegue de seguridad, me sentiré mejor sabiendo que estoy protegida.
- Nadie más, va a hacerte daño, ahora date un baño, te veo en la cena- dijo antes de cerrar la puerta tras él.
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Un besazo.