Isemay- Parte 34.2 MUERTO


Grito su nombre varias veces, lloró, rió, permaneció en silencio esperando oírle… Pero no hubo rastro de él. Sabía que los había vuelto a dejar, en el fondo de ella estaba segura de eso, pero no quería reconocerlo. Se levantó despacio y recogió a su hijo, que nervioso comenzaba a moverse. Se apoyó en un árbol mientras esperaba a que su esposo volviera a aparecer, y dio de comer a Olaft mientras tanto. A la caída de la tarde, con las lágrimas sobre sus mejillas, aceptó que no iba a volver a buscarles. Otra vez se había marchado, sin despedirse de ellos.
Por un momento pensó en quedarse allí, a la espera de que el tiempo, el viento, el frío, el calor, la noche y el día, borraran su dolor y sus recuerdos, de ese hombre al que ella había entregado la vida, y solo la había causado dolor. Permaneció quieta durante horas, con su hijo dormido entre sus brazos, las lágrimas empaparon la poca ropa que el pequeño llevaba sobre él.
-                            Nunca más- se prometió a sí misma una y otra vez.
Olaft lloró para su madre, quiso hacerla reaccionar o al menos eso parecía, pero ella parecía haberse perdido en sus pensamientos. Como de manera automática dio de comer a su hijo durante días, mientras avanzaba con cuidado entre la maleza, ya sin prisa, esperando que algún alma caritativa apareciera para ayudarla, pero en esos tiempos no esperaba encontrarse a nadie, y tal vez fuera mejor para ambos.

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