La princesa 7





El caballero cayó.

Los arqueros, satisfechos, se fueron acercando a su víctima, para robar lo poco que tuviese. Pero, cayeron casi al mismo tiempo, certeramente, una flecha para cada uno, una flecha azul.

Unos días después, o tal vez unas horas, o simplemente unos minutos, el caballero abrió los ojos.

- Qué raro, se dice que el infierno está caliente y yo tengo mucho frío.


Una sombra le mojó los labios con algo amargo y el caballero se volvió a dormir.

Y soñó, soñó que la sombra le tapaba con algo caliente, que le susurraba palabras de aliento, dulces y agradables, o tal vez no tan dulces, porque pareció oír que le decían sin mucho miramiento que debería quedarse quieto, y sonrió para si, hasta en el infierno estaba haciéndoselas ver al diablo. 

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