Isemay 39.1
Cuatro días habían tardado en llegar a la corte, y eso mismo pensaba
Osmar paseando de un lado a otro de la habitación donde el propio rey,
adelantándose al carruaje, les había pedido que esperaran. Al parecer su esposa
estaba irritable, y los niños aún más, todos necesitaban descansar y el rey no
quería enfrentamientos en su casa, cuando el mismo estaba tan cansado.
Osmar miró por la ventana cuando el resto de carruajes llegaron una hora
después, una maldita hora que se había hecho eterna para sus nervios. Uwuain se
asomó también por la ventana al escucharlos.
-
Ya han llegado- dijo con un suspiro.
Sabía lo que pasaría ahora, su hermana no se lo pondría nada fácil, y
bueno, iban a conocer a un niño de dos años que no se acordaba de ellos.
-
¿Dónde vas?- se volvió rápidamente para ver como su
amigo se acercaba a la puerta.
-
A ver a mi hijo- le dijo enfadado- Llevo casi quince
días esperando para ello.
-
El rey dijo que…
-
¡Maldición, Uwuain!- gritó finalmente- Llevó dos años
sin ver a mi esposa, mi primo cree que descansar la calmará pero se equivoca.
-
A ella tal vez no la calme, pero si al niño, y necesita
que su madre este tranquila, ¿Eres capaz de comprender eso?
-
Me tratas como si fuera un idiota- le contestó
irritado.
-
No, no lo eres, pero no estas razonando, el rey te
pidió que esperaras aquí y eso harás, y si tanto quieres verla, asómate por la
ventana, están descendiendo del carruaje- dijo volviéndose él mismo para
contemplarla.
Comentarios
Un abrazo.
Anda que no la foto de la carroza y la farola, jeje
un besoteeeeeeeeeeeeeee
Un besazo.
Un besazo.