Isemay 40.10
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¿Quieres que te ayude a recoger flores?- su hijo se
había olvidado de que iba a irse con Osmar.
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No, mamá recogerá las flores solas, tu, vas a ir con
papá a ver los caballos.
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¿Pero puedo ir a por flores?
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Esta tarde iremos a por flores, ahora ve con papá a
hacer cosas divertidas.
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¿Vamos a jugar?- le preguntó intrigado.
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Claro, papá sabe muchos juegos- deseó que fuera cierto
si quería ganarse la confianza de su hijo.
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Cantaremos una canción- decidió el niño por fín.
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Bien, si, cantar una canción, papá se sabrá muchas- Se
levantó con él y le dio la mano volviendo al balcón, donde como esperaba Osmar
estaba mirándoles.
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¿Ya está?- la preguntó cuándo el niño le tendió la mano
para irse con él- ¿Así de fácil ha sido convencerle de que me acompañe sin ti?
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Le veré para comer- fue su respuesta y se agachó para
dar un beso a su hijo que la abrazó con fuerza.
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¿No me das un consejo?- la preguntó Osmar, ya que
quería retenerla a su lado un rato más y sabía que eso sería difícil ahora que
había convencido al niño de que le acompañara, y parecía haber hecho un buen
trabajo al respecto- No he sido padre en mucho tiempo- la recordó al ver que
ella no le hablaba- y de repente tengo un hijo de dos años.
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Le encantan los caballos- fue lo único que le dijo.
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Si- grito el niño entusiasmado.
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¿No quieres venir a verlos con nosotros?- la preguntó
con la esperanza de que ella asintiera.
- Tengo que dar un paseo con alguien, disfruta del niño- se dio la vuelta
y se marchó.
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