Duele
Hace mucho tiempo, tuve que dejar algo que amaba, para poder empezar algo que amaba aun más.
Tuve que despedirme de compañeros que me habían dado mucho, y me habían tratado fenomenal, para llegar a un lugar desconocido, donde me tendría que ganar el cariño de los demás de nuevo.
Pero cuando me planteo, que en la vida pueden pasar mil cosas y que por obligación tengas que abandonar lo que amas, me cuesta pensar si podría soportarlo.
Cuando comencé a ser maestra, día si, y día también estaba enferma, no es que la cosa haya mejorado mucho estos últimos tiempos, pero llegó un punto, en que creí que el médico iba a ser mi nuevo hogar.
Soy un poco cabezota, a veces aun estando muy mal, voy a trabajar, y cuando llego a casa me pregunto si valió la pena... Pero, al día siguiente cuando vuelvo, tengo claro que si la valió.
Os cuento esto, porque una de esas veces, en que las cosas ya habían pasado del gris al negro más oscuro, mi doctora, entre risas me dijo, si la cosa sigue así, tal vez tengas que plantearte dejar de ser maestra... En ese momento, me quedé pálida, y me vi, quitando el título de la pared mientras me temblaban las piernas y mis lágrimas caían pos mis ojos.
Hoy, sigo trabajando, pero nunca dejaré de recordar, que cada vez que entro a clase, tengo que disfrutar de ese día, porque no se que puede pasar y si al día siguiente podré volver.
Por eso, hay que vivir el día a día, y amar a cada instante... Mañana no sabremos si podremos hacerlo, pero el hoy, quedará en nosotros.
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Pero jamás debes arrepentirte. Hay que seguir ese nuevo camino y nada más.
Ánimo, cada día que pasa y no hacemos algo, hemos perdido esa oportunidad.
Besos!!
Un abrazo Tamara y sigue como vas, ole tú.
Un besazo.