Un paseo a la pedriza

Hace ya unos meses que no piso tan bello lugar, pero aun recuerdo mi última visita al mismo, ya que para nosotros es un día especial, siempre os digo que son visitas que hago con la familia, y bueno, esta también la hice con la familia.

Cuando llegamos y me baje del coche, miré sus cumbres heladas, su aire fresco, respiré hondo y di el primer paso, oír las hojas romperse bajo mis pies, fue un sonido que hacía mucho que no escuchaba y me sentí muy feliz.

Mi padre, cámara en mano y al hombro la cantidad de trípodes, focos, y objetivos necesarios para captarlo todo.

Hacía mucho frío, así que antes de ascender a sus cumbres, un cafecito no venía mal, estuvimos allí un rato y yo me quedé mirando una vitrina, donde habían realizado pendientes con cortezas de árbol, a lo lejos, entre las ramas, me observaba una hermosa cabra, cuando me volví era un cuadro.

El bar pertenece a un grupo de escaladores que sacan hermosas fotos desde la cima de la montaña, esa cabra, tan cerca, en medio de los matorrales, debió sorprenderles tanto como a mí.

Y bueno, que comenzamos el ascenso, y vimos sus ríos helados, sus árboles agitados por el viento, y nos lo pasamos genial... Solo quería dejaros por aquí, un recuerdo de mi visita, ahora que he tenido tiempo de hacer un montajillo, lo mismo hasta volvéis a respirar en estos tiempos de tanto calor, al ver esas cumbres heladas.


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