¿Qué me perderé?


Desde que trabajo en el cole de especial, hay muchas cosas que me sorprenden, por ejemplo, tenemos un alumno, que me llama Matara, y ya he dejado por imposible hacerle aprender mi nombre, el caso, es que cuando me ve, siempre me llama para que mire lo que esta haciendo "Matara mira mi tarta" "Matara mira que bien nado"... No se si os he contado que los miércoles vamos a la piscina, y uno de los días, estaba nadando y empezó a llamarme "Matara" "Matara" "Matara", como vio que no le hacía caso, le oigo decir, "Ala, ya no te llamo más" y se fue tan tranquilo a nadar.

Me empecé a reír yo sola, pensando la facilidad con que tienen para cambiar las cosas y seguir con su vida, te llamo, no me escuchas, no me entristezco, sigo haciendo mis cosas y ya me atenderás más adelante, ¿El motivo? Es tan sencillo como que no ven maldad en las personas, no creen que no les miremos o no les atendemos porque seamos malos, ven que en ese momento no, y ya será el siguiente.

En ese momento no podía atenderle porque yo estaba con otro grupo y en la piscina de al lado, pero... ¿Qué me querría enseñar que para él era tan importante para dejar de nadar y llamarme?

Hay veces que vamos por el mundo como si fuéramos burros, mirando hacia delante sin pensar lo que nos perdemos en el camino, y me perdí ese momento, pero me pregunto ¿Cuantas veces si pude atender y no fui capaz de parar un minuto para observar lo que me perdía?

Comentarios

EldanYdalmaden ha dicho que…
Tú misma lo has dicho, aunque nos duela o nos cueste aceptar que no siempre vamos a estar para los demás, si echásemos cuenta de las veces que sí estamos, imagino que el balance sería positivo.
No se puede estar a todo.

Un abrazo, lo haces bien.
Raquel Campos ha dicho que…
Debe ser especial trabajar con niños, a veces nos quieren enseñar algo sencillo pero que para ellos es muy importante. Para mi es muy importante atender 100 por cien a mis hijos.
Gracias por compartir tus vivencias.
Un saludo!!
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Me pongo con el reto enseguida!!!
Aglaia Callia ha dicho que…
Qué bonita entrada, Tamara, y qué linda anécdota. Trabajar con niños, he oído, es un trabajo muy sacrificado a veces, pero también muy satisfactorio.

Este chico es un encanto, se nota, y a veces es verdad que estamos con la mirada tan puesta en el frente, que olvidamos mirar lo que pasa a nuestro alrededor.

Besos.
Orne ha dicho que…
Interesante anecdota, Tami :) un buen ejemplo de que la vida nunca deja de sorprendernos jeje

Besito
Tamara ha dicho que…
Yo también creo eso Dany, no se puede estar a todo. Un besazo.
Tamara ha dicho que…
Raquel, pues participando estoy en tu concurso, y si, los niños nos enseñan tantoooo. Un besazo.
Tamara ha dicho que…
Aglaia, trabajar con niños es mi vida jejejeje, así que si gratificante al máximo. Un besazo.
Tamara ha dicho que…
Orne, pues si, jamás deja de sorprendernos. Un besazo.

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