Una nueva vida- Capítulo 3.2
— ¿Qué hace aquí?- la despertó una voz que la sorprendió tanto que la costó reaccionar.
Se levantó sobresaltada y se pegó a la pared con las manos en forma de defensa. En el tiempo que llegaba viviendo allí, nadie había aparecido por la casa y le extrañaba mucho más que la hablaran.
— No se acerque a mí- le grito- No se acerque a mi
La voz que la había despertado era un muchacho moreno, con los ojos claros, la espalda ancha y al parecer de muy buena clase social ya que llevaba el mismo uniforme de los muchachos de la escuela que había observado el día anterior. Él la sonrió, ante la situación tan cómica que estaba observando.
— ¿Parezco un asesino?- la pregunto irónico- siento haberte despertado, no era mi intención.
— No se preocupe, ¿Qué quiere?- pregunto Radians sorprendida pues por primera vez en ese último año alguien la hablaba con respeto.
— He venido a traerle esto- y estiro la mano, dándole el libro que la tarde anterior había intentado comprar.
— Discúlpeme, pero no puedo aceptarlo- dijo ella cortésmente, pues de sus modales aún se acordaba y no podía recibir nada de un hombre del sexo opuesto pues estaría cortejándola.
— Lo quería, ¿no es así?- la preguntó de nuevo acercándola más el libro.
— No- respondió rápidamente, pero la mirada que echó al pequeño libro la delató- bueno sí, pero no puedo aceptarlo.
— Me tuvieron entre algodones desde que nací, nunca había conocido a nadie como tú- la contestó el muchacho, algo hipnotizado con la joven.
— ¿Cómo soy yo?- preguntó sorprendida.
— Eres la única persona, que no teniendo para comer rechaza un regalo- la sonrió para quitarle importancia a sus palabras y que no sonaran como un insultó.
— ¿Quién te ha dicho que no tengo para comer?- preguntó ella molesta pues lo que él había tratado de llamarla no la gustó en absoluto, aunque no era eso lo que el joven quería decir.
— Acompáñame- la dijo tendiendo la mano hacía ella.
— No puedo, pronto vendrán a buscarme- mintió.
— Pues entonces vendré aquí día tras día, te cuidare, observare tus movimientos y haré que desees acompañarme hasta el fin del mundo.
— ¿Por qué?- pregunto sorprendida y un tanto intrigada
— Es una pregunta que te contestaré algún día, tengo que marcharme, llegó tarde a la escuela, sigue durmiendo y... quédate el libro, a la salida vendré a verte.
Se marchó y ni siquiera la dijo su nombre, Radians se sentó de nuevo en el suelo y comprendió que después de todo lo que la había pasado, su abuela la habría mandado a su ángel particular, ese del que la hablaba por las noches junto al hogar. Tal vez la magia si existiera.
Comentarios
bonito capitulo.
unos besotesssssssss
Besos
Creo que Radians va a tener un buen amigo
Besos
Existe magia sim!O teu relato e disso uma prova.
Que bela historia!
Beijinho
Beatriz
Un beso