Una nueva vida- Capítulo 23.1
José se sentó en
la silla delante del hogar y observó a Radians que se quejó un poco y abrió los
ojos.
—
¿Flor?- preguntó Radians
—
No, soy yo José, ¿te encuentras bien?- dijo
acercándose a ella
—
¿Dónde esta Flor?
—
No puede entrar, es una larga historia, ahora
descansa.
—
Llevo todo el día descansando- susurró Radians-
tengo hambre
José recordó
entonces que no la había dado de cenar por no despertarla y llevó la bandeja
hasta la cama, después incorporó un poco a Radians que se quejó de la herida, y
comenzó a darla de comer, para que ella no moviera demasiado los brazos y la
herida no la tirara.
—
José- susurró Radians
—
Si, princesa
—
¿No me iban a llevar a casa?
—
Eso quieren- rió- pero no te voy a dejar ir,
hasta que no estés curada.
—
¿Por qué?
—
Porque es culpa mía que este así, mi madre ordenó
los disparos y yo no supe protegerte
—
Paso, porque tenía que ocurrir- sonrió
—
Ahora duerme, hablaremos mañana
—
Necesito orinar- le sonrió
—
Esta bien
—
Llama a Flor
—
No, ella no puede entrar- la beso en la frente,
yo te pondré a orinar
—
No, prefiero no orinar
—
No seas cabezota, he visto a muchas mujeres
desnudas, no creo que lo tuyo sea del otro mundo- la sonrió
—
Tienes razón, pero no mires
—
Esta bien- y fue a por la palangana, la
incorporó de la cadera y la arremango el camisón sin mirar, después se separó
de la cama hasta que ella le indicó que ya había acabado.
—
Necesito un buen baño- rió- en cuanto pueda
levantarme, debo bañarme
—
He pensado que cuando te pongas buena, te llevaré
al manantial y podrás disfrutar como no lo hiciste el otro día- sonrió- pero
conmigo- añadió
—
Estas prometido- le miró
—
No creo que quiera casarse conmigo después de que
me he encerrado en una habitación con una mujer para que no la separen de mi
lado
—
No lo has hecho por eso, sino porque te sientes
culpable
—
Duerme- la beso en la mejilla y se separó de la
cama
Radians por mucho
que lo intentaba no podía tratar mal a José, no le quería, no le gustó que la
abandonara, de hecho le dolía y mucho que él la hubiera dejado sola, pero por
mucho que lo intentaba, no podía tratarle mal, no sabía porque, pero como él la
hablaba dulcemente, ella no podía tratar de forma descortés.
Hubiera deseado
decirla que la había buscado, pero tendrían tiempo al día siguiente, él pensó
que deseaba a esa mujer, en cuerpo y en alma, para amarla toda la vida, pero
ella a él no, así que él no se lo diría, tenía que enamorarla, cortejarla,
aunque ella no era una dama de la nobleza, él quería hacerlo de ese modo.
Quería hacerla sentir especial. Después de dos horas se durmió.
Y aquí el capítulo 23, ya veis que estos son muy cortitos, mañana más.
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Besos
Besos