Una nueva vida- Capítulo 27.2
— Mis pequeños- sonreía Mateo mientras les saludaba- ¿el viaje fue agradable?
— Si padre- contesto Lorena- aunque Quitón estuvo muy pesado, para la vuelta, decidiré irme en un coche sola- rió
— Hija mía- sonrió Mateo- que haríais el uno sin el otro, ni juntos ni separados, ¿y que tal va la escuela?- le preguntó
— Como siempre papa- contestó Quitón y después se marchó detrás de Flor a la cocina para pedirla un refrigerio
Mientras charlaban, los coches seguían llegando José conversaba con Micaela y Amadeo, a los cuales presentó a sus padres, a los pocos minutos apareció el coche de la familia de Rochester y José bajo a saludar a las escaleras, junto con su padre y los hermanos menores.
— Querido Mateo- sonreía el padre de Dolinda- este matrimonio dará buenos frutos
— Por supuesto- afirmaba Mateo- además se casan no solo por la dote sino por amor, tendremos unos nietos preciosos- bromeo Mateo con la señora de Rochester
— De eso estoy segura- contestaba a Mateo mientras se acercaba a su hijo- Lord José- sonrió mientras le daba dos besos en la mejilla- estas muy mayor, seguro que serás un heredero muy peculiar, las mujeres se arrodillaran a tus pies, eres muy apuesto- le sonrió
Seguían conversando mientras los invitados seguían llegando unos a pie, otros en coche, en un caballo blanco venía Simón de Troiledan, esposo de su hermana Irene y poco después apareció Irene con su pequeña Lisi en brazos, después de saludar a sus hermanos, besar a su esposo y dirigirse a sus padres, Irene entregó a Lisi a su nana y Flor las acompañó a su cuarto.
Otro coche de la familia apareció era su hermano Eric con sus esposa Sajira la cual estaba embarazada, se acercaron para saludar a la familia y rieron ante un comentario de Quitón, seguido de Eric y Sajira, aparecieron otros dos de la familia Diego y su esposa Medina que después de saludar a los presentes en la puerta, fueron a saludar a Nicolás que venía también en un caballo, pero esta vez negro, José le ayudo a desmontar y también le dio un beso, ya tenía diecisiete años, pero para José, Nicolás, Lorena y Quitón siempre serían los pequeños.
Continuará...
Comentarios
Seguro la pasaran fenomenal.
Saludos
Besos