Una nueva vida capítulo 61.1
— Sabía que te encontraría aquí- hablo un hombre que a Radians le resultaba conocido.
— ¿Cómo dice?- dijo Radians levantándose del suelo
— Nos han dicho que te encontraríamos aquí, Lady Lidia le mandó una carta- rió- o eso cree usted
— ¿Quién es usted?
— Me llamo... bueno que más da, no he venido para charlar, he venido para decirte que mi patrón quiere que le des una noticia a tu prometido
— ¿Quién es tu patrón?
— Eso no importa- dijo acercándose a ella- estoy seguro de que tu esposo o tu prometido ya viene para aquí, así que dile que el pasado siempre vuelve y que él rompió ilusiones y dejó en ridículo a una persona, que lo pagará, porque alguien destrozará su corazón como él destrozó muchos
— Explícame lo que acabas de decir
— Ahora debo marcharme, pero no te olvides de decírselo- dijo desapareciendo entre los árboles y acto seguido oyó otras voces que se acercaban a ella
— Ahora dile que esto será el empiece de su sufrimiento- dijo un hombre maduro asestándole una bofetada a Radians que la hizo caer al suelo sangrando por la comisura de la boca y después se marchó con los demás
Pocos minutos después Radians oyó de nuevo el trote y el relinchar de caballos y trato de incorporarse, debía marcharse de allí, necesitaba esconderse por si esos hombres habían vuelto, cuando oyó una voz.
— José, no merece la pena ir hasta casa de Lidia otra vez, ya hemos ido- hablaba Eduardo
— Claro que merece la pena, digo que algo se nos ha escapado- le contesto José- debo encontrar a mi prometida
— José- grito Radians desde el árbol en que estaba apoyada- José, socorro- volvió a gritar y trato de respirar ya que debía tener los labios hinchado
— Radians- oyó la contestación de José que grito después que ella- ¿dónde estás?- volvió a gritar- cielo, tu grita, yo sigo tu voz- grito de nuevo
— Radi- grito Eduardo tras este- pero ninguno de los dos oyeron respuesta de Radians hasta pasados unos minutos ya que ella no podía ni hablar del dolor tan insoportable y tenía miedo de desmayarse
— José- grito con todas sus fuerzas otra vez
— Debe de estar por allí- oyó a Mateo y poco a poco los cascos de los caballos se acercaron a ella
Cuando José la vio apoyada en el tronco del árbol pensó que ella estaba muy herida, tenía la cara magullada, sangraba por la comisura de la boca y apenas pudo pronunciar palabra cuando él se acercó a ella y bajando del caballo, corrió para rodearla con sus brazos.
— Radi, ¿estás bien?- preguntó José cuando la rodeo con sus brazos
— ¿Estoy a salvo?- preguntó Radians sin contestarle mientras notaba que se le nublaban los ojos
— Por supuesto- la aseguró José y Radians se desmayó en sus brazos- padre- le dijo a Mateo- debemos llevarla a la casa- dijo mientras montaba en el caballo y Mateo le pasaba a Radians mientras este suplicaba a Dios que su prometida estuviera bien
Comentarios
No sé quién puede ser el hombre que ha dado ese recado-amenaza, sirviéndose de Radians, para José
Se ha quedado muy interesante
Besos, y feliz inicio de semana
Besos