Mi vida con el síndrome de Meniere
Mi vida con el síndrome de Meniere (primeros pasos, primeros pensamientos)
Desde que me diagnosticaron el síndrome de Ménière y mi vida ha cambiado. Primero los constantes síntomas que se tienen con esta enfermedad, vértigos, mareos, náuseas falta de equilibrio. También por los medicamentos que te mandan, algunos te mantienen dormido, otros provocan calambres... pero nada de esto es lo que importa lo importante es la actitud que tienes antes de síndrome de Ménière.
Hay días en los que tenerlo me hace sentir muy cansada, no solo físicamente sino también emocionalmente, hay días que uno se cansa de estar enfermo, hay días en que piensas en tirar la toalla y sin embargo hay otros días en los que te levantas con ganas de comerte el mundo.
Lo primero que he hecho es no sentirme culpable por ello, no sentirme culpable por estar cansada, no sentirme culpable por querer llorar y sobre todo vivir los momentos en los que quiero comerme el mundo, en los que quiero levantarme en los que quiero hacer cosas y sobre todo aquellos momentos en los que mi cuerpo me deja y me permite hacer.
Lo segundo que he hecho es informarme de lo que puedo hacer, de cómo puedo ayudar a mejorar mi salud, de lo que debo y no debo comer, de cómo intentar reducir mis crisis, de cómo auto controlar los nervios en las crisis, de cómo regular mis emociones porque eso es muy importante y no solo para esta enfermedad sino para todas.
Lo siguiente que hago es apoyarme en la gente que quiero, a ellos también les está haciendo difícil esta transición y por eso aunque tengas momentos y aunque tengo momentos en los que caigo y me siento triste sé que estoy acompañada, sé que me quieren, sé que también les está siendo duro y sé que esto no lo estoy pasando sola aunque sea yo la que tenga los síntomas, hay gente que me está acompañando y eso ayuda a tranquilizar los sentimientos y hay que recordar que nunca estamos solos está la familia, están los amigos, está la pareja y están las asociaciones dónde ayuda hablar con gente que tiene lo mismo que tú, dónde te explican los métodos que ayer les fueron bien, cómo aceptar una situación, lo que están viviendo y te animan porque no siempre se va a estar mal, no siempre se va a estar como crisis, vas a tener momentos en que no vas a estar así.
Y todo ello es cierto porque he tenido días en los que he estado inestable, he tenido días en los que estado bien y luego he tenido crisis, he tenido días en los que he estado tranquila sin crisis y aunque con inestabilidad esta era menor que otros días y podía hacer una vida más o menos normal.
Así que si todo mejora y la actitud siempre es importante.
Si estás pasando por una enfermedad, si estás teniendo un mal momento o un mal bache, ten en cuenta varias cosas, una que siempre hay personas que están pasando por dificiles circunstancias, otra qué hay problemas a los que damos mucha importancia y no lo son tanto, otra es que nunca estás solo y otra es que no tienes que tener vergüenza ni miedo a decir lo que sientes o piensas en cada momento ni a caer, porque hoy vas a caer y mañana vas a levantarte.
Si te sirve lo que he escrito, me siento gratificada, por favor, no te dejes vencer por cosas que no son importantes.
El blog sigue estando cerrado, porque mis entradas ya no serán como antes, estoy en proceso de aceptación, y para ello, necesito mis momentos.
Desde que me diagnosticaron el síndrome de Ménière y mi vida ha cambiado. Primero los constantes síntomas que se tienen con esta enfermedad, vértigos, mareos, náuseas falta de equilibrio. También por los medicamentos que te mandan, algunos te mantienen dormido, otros provocan calambres... pero nada de esto es lo que importa lo importante es la actitud que tienes antes de síndrome de Ménière.
Hay días en los que tenerlo me hace sentir muy cansada, no solo físicamente sino también emocionalmente, hay días que uno se cansa de estar enfermo, hay días en que piensas en tirar la toalla y sin embargo hay otros días en los que te levantas con ganas de comerte el mundo.
Lo primero que he hecho es no sentirme culpable por ello, no sentirme culpable por estar cansada, no sentirme culpable por querer llorar y sobre todo vivir los momentos en los que quiero comerme el mundo, en los que quiero levantarme en los que quiero hacer cosas y sobre todo aquellos momentos en los que mi cuerpo me deja y me permite hacer.
Lo segundo que he hecho es informarme de lo que puedo hacer, de cómo puedo ayudar a mejorar mi salud, de lo que debo y no debo comer, de cómo intentar reducir mis crisis, de cómo auto controlar los nervios en las crisis, de cómo regular mis emociones porque eso es muy importante y no solo para esta enfermedad sino para todas.
Lo siguiente que hago es apoyarme en la gente que quiero, a ellos también les está haciendo difícil esta transición y por eso aunque tengas momentos y aunque tengo momentos en los que caigo y me siento triste sé que estoy acompañada, sé que me quieren, sé que también les está siendo duro y sé que esto no lo estoy pasando sola aunque sea yo la que tenga los síntomas, hay gente que me está acompañando y eso ayuda a tranquilizar los sentimientos y hay que recordar que nunca estamos solos está la familia, están los amigos, está la pareja y están las asociaciones dónde ayuda hablar con gente que tiene lo mismo que tú, dónde te explican los métodos que ayer les fueron bien, cómo aceptar una situación, lo que están viviendo y te animan porque no siempre se va a estar mal, no siempre se va a estar como crisis, vas a tener momentos en que no vas a estar así.
Y todo ello es cierto porque he tenido días en los que he estado inestable, he tenido días en los que estado bien y luego he tenido crisis, he tenido días en los que he estado tranquila sin crisis y aunque con inestabilidad esta era menor que otros días y podía hacer una vida más o menos normal.
Así que si todo mejora y la actitud siempre es importante.
Si estás pasando por una enfermedad, si estás teniendo un mal momento o un mal bache, ten en cuenta varias cosas, una que siempre hay personas que están pasando por dificiles circunstancias, otra qué hay problemas a los que damos mucha importancia y no lo son tanto, otra es que nunca estás solo y otra es que no tienes que tener vergüenza ni miedo a decir lo que sientes o piensas en cada momento ni a caer, porque hoy vas a caer y mañana vas a levantarte.
Si te sirve lo que he escrito, me siento gratificada, por favor, no te dejes vencer por cosas que no son importantes.
El blog sigue estando cerrado, porque mis entradas ya no serán como antes, estoy en proceso de aceptación, y para ello, necesito mis momentos.
Comentarios
Sé de lo que hablas y lo que sientes, Tamara, en el mes de junio diagnosticaron a mi hija con Leucemia, luchando y mirando adelante, con Dios de la mano, se ganan las batallas, no decaigas.
Un gran abrazo