Enfadada con la vida
Todos tenemos momentos en que la vida nos enfada, cuando una enfermedad llega, ese enfado a veces se multiplica en cada paso.
Algo tan sencillo como andar, cuando no puedes hacerlo con normalidad, te enfada.
Agacharte a coger algo del suelo, cuando no lo puedes hacer, te enfada.
Mantenerte sentado recto en una silla, cuando no lo puedes hacer, te enfada.
Lavarte los dientes, cuando no lo puedes hacer con normalidad, te enfada.
Cuando tienes que dormir con la luz encendida y ves que no descansas, te enfada.
Cuando tú habitación se llena de medicamentos y no de las cosas que te gustan, te enfada.
El simple echo de comer, te enfada cuando a tu alrededor todo el mundo come lo que quiere y tu tienes que controle tu fuerza de voluntad para no comerte ese trozo de pizza que te apetece, una simple croqueta, tomarte un café, comer galletas como antes, cuando todo lo que comes tienes que mirar primero la etiqueta y descartar... Todo enfada.
Incluidas las crisis, los mareos, la visión borrosa, el zumbido en el oído...
Aún así, que fuerza de voluntad tenemos, que no lo hacemos, que somos valientes y sabemos que nos daña, porque intentar llevar una vida "normal", implica quitarte muchas cosas que antes estaban en "tu normalidad" y que ahora no volverán.
Ponerle nombre a lo que te pasa asusta, pero es la única manera de empezar a poner remedio para ello, y no somos pobrecitos a los que tratar con lamentos y como si fuéramos de porcelana, no estamos más débiles, solo estamos enfermos, pero al revés, la fuerza que teníamos antes se ha multiplicado por mil, porque queremos estar bien, luchamos por estar bien y disfrutaremos de los días que lo estemos.
Si quieres ayudarme, no me digas pobrecito ni te lamentes por mi, haz que mi enfermedad se conozca para que sea estudiada, así es como se ayuda.
Comentarios
Besos
Suelo enfadarme de muchas de esas cosas.