Una nueva vida- Capítulo 34

Continuamos con otro capítulo del libro, espero que os guste igual que los anteriores, no esperaba que el libro tuviera tanta acogida y me encanta que lo estéis leyendo con tanto entusiasmo.




Era una mañana cálida, comparada con la noche anterior cuando Radians y José al igual que su familia se trasladaron de nuevo a la casa, era cierto que las obras aún no estaban terminadas, ya que todavía se notaban indicios del fuego, pero ya tenía que volver la calma y cuanto antes mejor.


Cuando Radians volvió a entrar a su habitación, esta vez las paredes estaban pintadas de un tono pastel, en el lado derecho donde la gran ventana iluminaba todo el cuarto las cortinas atadas a su lado de un color lila denotaban la suave y delicada decoración del cuarto, la cama estaba en el centro de la habitación, tenía dos mesitas a cada lado de roble y encima de estas se encontraban dos candelabros que sujetaban tres velas cada uno, al lado izquierdo de la habitación se encontraba la cómoda, donde unos doce vestidos aproximadamente estaban colocados del color más claro al más oscuro. A los pies de la cama una pequeña coqueta se abría paso con su gran espejo, encima de esta había un peine y un espejo pequeño, además de innumerables perfumes de todos los olores. Justo al otro lado de la cómoda, dejando un espacio considerable se abría la chimenea, con dos sillas delante acomodadas para leer en ellas. Un biombo separaba la tina del cuarto.


Radians tocó la colcha de la cama con la mano y después suspiró para sus adentros, dejándose caer encima de la cama mirando al techo. La ventana estaba ligeramente abierta y el aire de la mañana entraba a través de ella, Radians cerró los ojos un momento, pensando en el cambio que había dado la casa.


— Radians- entró Lorena sonriente- ¿te gusta el cambio en la habitación?- dijo echando un vistazo a su alrededor


— Por supuesto- sonrió Radians esperando otro comentario de la pequeña


— Ra- la llamó cariñosamente como la había llamado durante esos días muchas veces- ¿te marcharas?


— ¿Dónde?- preguntó Radians sin saber a que se refería la niña


— A tu casa...


— Supongo que tendré que hacerlo, pero te aseguro que será cuando la aspereza de mis manos haya desaparecido, no creo que en este momento si recojo alguna uva, esta tenga el mismo sabor


— ¿Vendrás a verme?


— Claro que sí- la sonrió mirándola ante la triste mirada de la pequeña- y espero- la indicó- que tu vengas a verme a mi todos los días, ya sabes donde estoy


— No será lo mismo


— No comprendo, pequeña


— Tu iras de aquí para allá, pensando en el trabajo, no pensarás en mi ni siquiera pensarás en José- dijo irritada


— Lorena- se levantó Radians de la cama mirándola- ¿qué te ocurre? Nunca le había hablado de ese modo


— Nunca, en el tiempo que he estado contigo he sentido la sensación de que harás daño a mi hermano, de la manera que lo siento ahora.


— ¿Por qué haré daño a tu hermano?


— No lo ves, él te ama, tú te irás, te marcharás cerca de tus padres, trabajaras, te olvidaras de él y...- dijo ahogando sus propias palabras


— ¿Qué ocurre?


— No ocurre nada, te olvidaras de él


— Pequeña, ¿qué te ocurre?


— No quiero que te vayas, yo...


— Dímelo Lorena, creo que hemos tenido demasiadas confidencias como para que ahora te comportes así conmigo.

Continuará...

Comentarios

J.P. Alexander ha dicho que…
Uy que le dirá? Te un buen fin de semana
yessykan ha dicho que…
Seria pecao que Radians se marche de la casa. Cierto es que José sufriria su ausencia.
Besos
Mela ha dicho que…
Está muy claro que Lorena no quiere que Radians se marche... yo creo que si Radians se va, también los echará de menos
Besos

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