Te deje ir

El hogar es eso que todos dicen tener pero que muy pocos encuentran o saben valorar, lo que todos tenemos claro es que el hogar no se compone solo de cuatro paredes, cuadros para decorar y unos cuantos muebles, el hogar es algo más, es ese lugar donde sentirse acogido, amado, esperado, es aquel sitio al que quieres volver si algo va mal, y del que no te gustaría marcharte.
El hogar no es el sitio donde naciste, no es una ciudad, ni un país, es el lugar donde encuentras a los tuyos, donde formar una familia, donde crecer y hacerse grande (por dentro, no de estatura).
Hay personas que sienten verdaderas raíces al lugar donde nacieron pero se equivocan, no es un lugar lo que crea un hogar, son las personas que lo conforman, una familia unida hace un hogar, una pareja a la que amar, hace un hogar, amistades con las que disfrutar, hacen un hogar, y estar solo, también hace un hogar, porque cada persona tiene el hogar donde cree que tiene que tenerlo, y lo forma poco a poco, nada se crea en dos días, y ningún hogar es fácil, porque cada cambio da miedo, pero en esta vida todo lo que nos saque de nuestro elemento, da miedo.
¿Acaso no te dio miedo la primera vez que te quedaste solo? ¿no te dio miedo romper con tu pareja? ¿no te dio miedo deshacerte de recuerdos? Las personas tenemos esa tendencia a acumular recuerdos tangibles porque parece que nos hacen echar raíces, las llamamos "nuestras cosas" pero no son más que apegos al pasado en la mayoría de los casos. Así pues, todo da miedo, incluido dejar lo que conocemos para buscar algo mejor, pero... En esta vida todo lo que da miedo, todo lo que nos lanza a una aventura, todo lo que nos hace mejorar siempre tiene que dar miedo, de eso se trata la vida, la incertidumbre... para dar marcha atrás siempre hay tiempo, para seguir hacia delante hay trenes que pasan una vez y hay que aprovecharlo.
En el libro "Te dejé ir" de Clare Mackintosh, una mujer que tenía un hogar, que se preocupaba por hacer su casa más bonita, trabajaba para darle lo mejor a su hijo, lo pierde todo cuando su pequeño de cinco años es atropellado por un coche y entonces se da cuenta de que el hogar lo hacia su hijo, no lo hacían las cuatro paredes que se empeñaba en decorar, y se marcha de allí, buscando un sitio donde sentirse segura, cuando toda su vida la seguridad la tenía en la casa en la que siempre estuvo. Ese libro es lo que me ha hecho reflexionar y ver, que la vida es breve y que hoy podemos estar aquí, y mañana en el otro lado, el miedo es bueno, lo que no es bueno es dejar que nos paralice y sentir que hay que aferrarse a lo que ya tenemos, en verdad no sabemos si lo que viene es mejor, si no lo es, siempre hay tiempo de volver al sitio del que partimos, pero ¿y si lo es? el miedo nos habrá impedido sentirlo, vivirlo... nos habrá impedido crecer.
Comentarios
Un beso
Me siento muy identificada, mas que miedo, yo diria que es pánico, terror, de ese del bueno..
Un fuerte abrazo y un beso.
Gracias por tu bonita huella: me encanta el texto que nos dejas, si es verdad que el hogar no lo forman cuatro paredes, sino que lo forman el amor el calor el entendimiento la armonía, un fuego encendido en los inviernos y la chimenea humeando.
El miedo no es un buen amigo, o eso es lo que yo pienso, sin embargo considero que ser prudente es siempre necesario.
Me conmovió la historia del libro, perder un hijo es lo peor que les puede pasar a unos padres, aunque tengas cinco, ninguno tapa la falta del otro, es muy triste.
Bueno Ta, ha sido un placer leerte.
Te dejo mi inmensa estima y gratitud.
Un abrazo y se muy -muy feliz.
Difícil superarlo pero el tiempo lo arregla todo, aunque quedemos destrozad@s.
Gracias por compartir un excelente mensaje.
Un beso y feliz otoño.
Un abrazo.