El arte de las palabras

Por desgracia la pequeña lo había presenciado todo, parada en la sala, mantenía la vista fija en el fuego cuando todos habían salido de allí, solo Osmar quedó con ella y ni siquiera había notado su presencia. Recordaba perfectamente sus duras palabras hacia la pequeña, y el llanto de la niña que lo hizo odiarse a sí mismo. -                             Maldigo el día en que naciste Isemay Sabell- había gritado ese día- más valía que no hubieras aparecido jamás en nuestras vidas. -                             No hace falta que me desees la muerte- se había levantado la pequeña de su asiento ocultó tras la gran mesa que adornaba la estancia- quiero irme de aquí- había sollozado mientras lágrimas de cristal bajaban por sus m...

 -                            ¿Cómo que casado?- había dicho Osmar, nada más llegar a su hogar. -                             Decidí que cuatro años de compromiso eran suficientes para que os acostumbrarais- fue lo único que explicó Lord Halk. -                             Me he pasado tres de esos años fuera de mi hogar sirviendo al rey- explicó Osmar- ¿Cómo querías que me habituara a estar con ella? -                             Esto es intolerable- había...

Pero la fecha llegó antes de lo esperado, y a la vuelta de una de sus escaramuzas con el rey, Osmar regresó a su hogar, su padre estaba enfermo, y él debía hacerse cargo de sus tierras, era la solución que Uwuain y él habían estado esperando, habían pasado cuatro años desde el compromiso, y si Osmar se proclamaba señor de las tierras lo retiraría.             Pero para sorpresa de ambos, a la llegada a Halk, Lady Isemay de Sabell, se encontraba ya allí, como la señora del castillo. Todo había sido una burla trampa, la escaramuza con el rey no había sido sino una escusa para alejar a los jóvenes de sus tierras, ya que este temía que se incumplieran sus órdenes, y como el compromiso estaba firmado de antemano, no era necesario que ninguno de los novios estuviera presente para que se formalizara el matrimonio.

Osmar se negaba al compromiso y así se lo hizo saber a Uwuain, que adoraba a su única hermana, pero era la única manera de que sus padres cedieran y se ayudaran, ambos jóvenes tendrían tiempo de deshacer el compromiso cuando llegara la fecha indicada, y debido a la edad de la joven, ambos dudaban que esa fecha llegara pronto. Ese compromiso trajo consigo no solo disputas entre los dos amigos, sino que el hermano pequeño de Osmar, muy amigo de la niña, dejó de hablar a su hermano y tuvo que ser llevado a otro castillo para su entrenamiento. A su vez, los primos de Isemay, que siempre la habían adorado, dejaron de ofrecerle su apoyo y su ayuda, la pandilla de amigos se separó, dejando de lado a Osmar. -                             Es la única manera- habían hablado horas antes de que su padre terminara de firmar el acuerdo. -      ...

Cuando la pequeña cumplió ocho años, el castillo de Sabell estaba sitiado por una guarnición francesa que amenazaba con destruir todas las propiedades y hacerse con el territorio, no podrían resistir mucho tiempo si alguien no acudía en su rescate, el castillo estaba bien protegido, junto con Halk, era uno de los castillos más resistentes de la zona, pero los suministros comenzaban a escasear, Lady Sabell y su hija ya comenzaban a pasar hambre, pues a penas podían digerir más que unas cuantas hogazas de pan al día. -                             Debemos pedir ayuda a Lord Halk- había sugerido Uwuain a su padre una tarde en que su hermana se había desmayado por falta de alimento. -                             Jamás pediré a...

A la muerte de Lady Sabell, todo fue peor entre ambos, las luchas y peleas entre ellos sucedían dentro y fuera del campo de batalla, en cualquier ocasión que se les propiciara, hasta tal punto que el rey tuvo que intervenir, pero aun así esto no se interponía entre la amistad de los hijos de ambos, que ante todo, eran leales y fieles entre ellos.            Su amistad era perfecta, con la alianza firmada con el rey, sus padres habían dejado de agredirse en público, aunque se soportaban en contadas ocasiones en que coincidían en alguna fiesta de la corte, el resto del tiempo simplemente se ignoraban. Pero como toda historia feliz, apareció una complicación, Lord Sabell se casó por segunda vez, con una mujer mucho menor que él, con la que tuvo una niña, idéntica a su madre, una belleza entre pocas como había en la corte, su pelo rubio peinado en dos coletas, hacían aun más brillante el rosado de sus mejillas y las pequeñas pecas que adorn...

 -                             Inútil- grito uno de los hombres fuera- trae otro cubo y rápido, antes que de Lord Wilde baje aquí con ella, quiere que los dos estén despiertos. A la salida del anciano las puertas volvieron a cerrarse con un golpe seco, después se corrió el cerrojo fuera de ellas. Sabía que estaban custodiadas al menos por un hombre, seguramente armado, y cuyo fin era no dejar que ellos escaparan, aunque difícilmente lo harían si permanecían maniatados. Osmar no pensaba marcharse de allí sin su amigo, aunque llevaran mucho tiempo sin hablarse, seguía siendo como su hermano, y no permitiría que le hicieran daño. Todo esa enemistad, entre los que antes habían sido amigos, venía desde que Osmar cumplía ya la veintena de años. Uwain y él eran los mejores amigos que jamás habían existido, habían luchado juntos en las grandes escaramuzas p...