Isemay- Parte 6.6 VIVO
Al tiempo que maldecía por centésima vez ese día, la puerta de la estancia se abrió de pronto, cómo cada mañana, la criada entraba a llevarle su comida, esta vez la bandeja que traía estaba repleta de bollos y pastelitos dulces, fruta y agua. Isemay miró atónita a la anciana que deposito con mucha suavidad la bandeja sobre la mesilla de noche que estaba al lado de la cama y la miró.
- Pronto traerán una jofaina para que pueda asearse- la indicó la mujer- ¿Desea algo más, mi lady?
- ¿Mi lady?- preguntó Isemay a la vez que se levantaba del tocador donde pasaba horas intentando desenredarse el cabello con las manos- Después de tenerme aquí encerrada, ¿Solo me dices que si deseo algo más?- la grito acercándose a la anciana.
- Cumplo órdenes señorita- respondió la anciana asustada y dió un paso atrás a la vez que Isemay daba uno hacia delante.
- Señora- la indicó con severidad- Llámeme señora- la grito cerca del rostro- Soy la esposa de Lord Osmar Halk, más conocido como el Halcón Negro- grito de nuevo esta vez mirando a la puerta para que la oyeran los guardias que se acercaban a socorrer a la anciana- Así que, si quiere dirigirse a mi, hágalo con el respeto que se merece una dama de mi rango.
- Mi lady- la habló un soldado- nosotros solo cumplimos órdenes.
- Pues dígale a ese mal nacido de Lord Wilde, que más le vale que aparezca, ¿Cuánto tiempo piensa tenerme aquí?
- El necesario hasta que te calmes y decidas, querida- oyó Isemay una voz conocida detrás de los guardias que se apartaron a un lado.
- Wilde- chilló la joven enfurecida y se abalanzó sobre él pero los guardias la sujetaron antes de que pudiera hacerle daño- Suéltenme- les gritó- Eres un cobarde- volvió a dirigirse a Wilde- Secuestrar a una mujer, únicamente porque no accede a tus deseos , es solo acto de un depravado.
- No querida- la cayó él poniéndola la mano sobre la boca para silenciarla pero ella se resistió moviendo la cabeza.
- Eres un mal…- fue a gritarle.
- Cuidado con lo que dices, Isemay- la amenazó- alguien más que tú podría resultar herido.
- ¿Te atreves a amenazarme?- le preguntó- Halcón te matará si se entera de esto- guardó silencio para oír su respuesta, pero no llegó- ¿Acaso él ya lo sabe?- comenzó a palidecer.
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