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Mostrando entradas de julio 12, 2011

Isemay- Parte 9.1 VIVO

Capítulo 9 Podían oírla perfectamente y aunque ellos no la dijeron nada y la dejaron llorar a solas, les estaba rompiendo el corazón con sus sollozos. Uwuain permanecía con la cabeza agachada contra su pecho, pensando sobre sí mismo y como habían llegado a esa situación, Isemay no tenía la culpa de que ellos dos estuvieran tan enfadados que la hubieran abandonado durante años, pero ahora sería ella la que pagaría las consecuencias para rescatarles a ellos. A su vez, Osmar pensaba la forma de salir de allí, no iba a dejar que un mal nacido arruinara no solo su reputación, sino que además se quedara con su esposa, maldita fuera, tenía que haber algún modo de salir de esa situación, no iba a firmar ningún papel, pero por otro lado la muchacha tenía razón, jamás les dejarían ir en caso contrario y los tres morirían, o incluso Wilde podría conseguir lo mismo si daban a Osmar por desaparecido y el rey la daba el título de viuda de Halk. Horas más tarde dejaron de oír los sollozos de la

El cocinero de los cuentos.

Por fín tengo un rato para escribir, supongo que algunos ya sabéis que he tenido dos semanas un poco duras, ahora parecía que esto se iba tranquilizando, pero me equivoque, hoy no ha sido más fácil que el resto de los días, son gajes del oficio, lo sé, pero eso no me quita el dolor de los moratones, ni de los tirones de pelo,... Aunque como siempre digo esas cosas se pasan.  No quiero contar cosas tristes, ni siquiera me gusta hablar de esto, son cosas que pasan y se quedan conmigo. Así que os voy a contar una anécdota divertida. Ayer vino a visitarnos un mago, el cocinero de los cuentos, a los peques les encanta, y a mi, en algunos trucos, me deja pensando como lo hará. Pues bien, el truco era una pizarra, en la que el mago iba dibujando conejos, pero cuando él no miraba, un conejo jugueton aparecía en la pizarra. Los peques se pusieron tan nerviosos que hasta se levantaban de sus asientos diciéndole que mirara para que viera que el conejo salía... Claro, cada vez que el mago miraba,