Entradas

Mostrando entradas de enero 21, 2012

Isemay- Parte 24.1 MUERTO

Ahora estaba enfadado, estaba seguro de que ella permanecería sola, él la había confesado su amor la noche antes de partir, y se lo había demostrado con creces cuando la estrechó entre sus brazos y la pidió permiso para hacerla su mujer, debía marcharse y lo sabía, no podía poner en peligro a toda la corona, y mientras el permaneciera en Halk, la vida de su esposa corría peligro, pero no podía marcharse sin llevarse con él el recuerdo de su cuerpo. Tal vez fue egoísta de su parte, ella hubiera podido rehacer su vida si él no hubiera querido pasar la última noche entre sus brazos. -                              ¿Ha ocurrido algo?- le preguntó ahora Osmar impaciente. -                              Será mejor que te sientes- pidió la reina de nuevo. -                              Será mejor que te marches- la pidió el monarca a su vez- es un asunto de hombres que tenemos que hablar solo entre nosotros. -                              Acláraselo mi señor- le pidió la reina antes de levanta

Peñalara 2

Imagen
Os cuento otra pequeña anécdota, mientras la acompaño con los paisajes de allí. Cuando era pequeña, ya os dije que había barbacoas en ese lugar para comer, mientras mi madre hacía la paella, mi padre, para que ninguno de los tres hermanos estuviera cerca del fuego, nos llevaba al otro lado del río, saltando por las piedras.  Al otro lado del río, estaban los toros, se veía claramente porque había que ir esquivando las pequeñas minas que nos dejaban de regalos ;-) No os dejo las fotos de las minas, porque no es agradable jejejeje. Una vez cruzada la pradera de los toros, se encontraban las charcar, allí, botella en mano, recogíamos tantos renacuajos como podíamos, y los llevabamos a casa para verlos crecer. La verdad, nunca duraban mucho, siempre se nos morían, y me regañaréis diciendo que debía dejarlos donde estaban, pero lo cierto, es que, me daba mucha pena ver como el río se congelaba, y cuando ibamos muchas ranitas habían muerto de frío, así que lo hacía por una buena razón.