Un encuentro esperado 1.2
Y por fín, el primer taxi, y bueno, los primeros besos de amigos a los que hacía tiempo no veía y con los que pasaría un mes entero, un mes de su vida para conocerse, intimar… y después, ella sabía que aunque su vida cambiaría, lo haría para bien. Después de ese taxi, llegaron otros más, y otros… Y el puerto se lleno del bullicio, las risas, los besos y abrazos de los que llegaban, pero también, de los que sin saber que iban a estar en el mismo crucero que ellos, se despedían de su gente. Un niño pequeño gritaba adiós desde el puerto a un padre que tristemente le tiraba un beso desde el barco en el que ellos iban. Ahora, apoyados en esa baranda, y mirando al mar, y al océano que sería su hogar durante el próximo mes, se sentía tan en calma.