Latidos- Capítulo 2.2
Y ella sonrió, y miró la noche estrellada y supo que no perdía nada, y quería volver a vivir la adrenalina de un salto, como la sangre fluye por todo tu cuerpo y te hace sentir viva, como te suspendes en el vacío y por un momento eres tú y el aire y nada importa… También quería vivir ese primer contacto con el agua helada que te hacía entumecerte, y el dolor del primer golpe contra la superficie, como si el agua te partiera en dos, pero es tan satisfactorio todo aquello, hacía tanto que no lo sentía. Cerró los ojos y se acercó al borde de la piscina, estaba allí e iba a hacerlo, en la superficie del agua su cara estaba reflejada, no importaba nada, iba a caer de bruces con la realidad en cuanto saliera de esa piscina, pero al menos, lo habría hecho, y todo riesgo merecía la pena en ese momento.