Adios 2009
Este año, ha sido para mí, el año de los sueños, la verdad es que desde hace unos años hasta aquí, las Navidades para mí no han sido épocas muy felices, poco a poco y en estas fechas, he ido perdiendo a la gente que más quería. Este año, espero que sea distinto.
Como siempre me decían cuando era pequeña, al comenzar un nuevo año, hay que escribir sobre el que vas a cerrar, y sería bueno que solo recordáramos los momentos buenos que hemos pasado, los malos no tienen porque volver a repetirse, con lo cual, mejor olvidarlos.
Por ese motivo, pienso y título el 2009, como el año de la culminación de muchos de mis sueños y el empiece de otros.
Difícilmente dejaré atrás tantas emociones, tantos momentos vívidos, y tantas experiencias, pero, no solo he comenzado un nuevo libro en mi vida y con ello una nueva etapa, sino que además, he cerrado fascículos que me hacían daño.
Comenzaré comentando mi gran sueño.
Hace unos años, decidí hacerme maestra, no solo porque me encantan los niños, sino porque considero que es una profesión en la que la monotonía deja de existir en el momento en que entras por la puerta de tu aula, en que no solo cumples tus sueños, sino que participas en cumplir los sueños de otros muchos, desde los padres que están deseando ver como sus hijos mejoran, pasando por los compañeros de profesión, que con ayuda y mentes nuevas, consiguen cumplir metas que se habían propuesto… hasta llegar a los alumnos, cuyo propósito principal es ser felices un año más.
Además de por otras muchas cosas, que creo os voy a poder explicar.
Hace ya muchos años, coincidí, con una compañera que tenía sordera, pues bien, al principio me resultó extraño, yo la saludaba y ella jamás me contestaba, la regañaban todo el rato por no escuchar en clase, y la castigaban a menudo, era la “rebelde”, la “desobediente”, etc. Esas etiquetas odiosas que muchos profesores suelen ponernos por no entender nuestras circunstancias.
Un día, ella dejó de ir a clase, estuvo bastante tiempo sin aparecer por allí, y nosotros rápidamente nos olvidamos de ella, no era para nada una chica especial, al revés, siempre se portaba mal y era muy “grosera” por no saludarnos.
Tiempo después, regresó a clase, cuando la hablábamos siempre gesticulaba mucho, pero sin soltar una palabra, y más, con el ruido que había en clase de natación, como para entenderla si nos quería decir algo…
Justo en ese momento, ojeando uno de mis libros de inglés de la escuela, ví una foto, donde un niño hacía gestos parecidos a los de ella, entonces comencé a pensar, que algo pasaba con esa compañera.
Era el alfabeto para sordos, lo que yo había visto en esa página de mi libro.
Fui a casa y me lo aprendí, tal vez ella no me entendiera cuando yo gesticulara, pero al menos yo podría decirla que me parecía mal que no me contestara cuando la hablaba. Jamás había conocido a nadie como ella.
A la semana siguiente, en clase de natación, yo estaba muy enfadada, la había dicho hola, y ella no me había respondido, así que cuando comenzamos a entrenar, estábamos esperando para saltar desde el trampolín, y la toqué en el hombro, ella se volvió para mirarme y yo la dije, deletreándola con el alfabeto, que estaba enfadada, ella me sonrió y se quedó mirando mis manos fijamente, yo no sabía si se estaba riendo de mi o no.
Así que cuando su madre vino a buscarla, yo me acerque para preguntarla porque no me contestaba, después de ese día y de que su madre me explicara que mi compañera no oía, me aprendí mucho mejor el alfabeto.
Cuando llegábamos a la piscina, yo la saludaba deletreando, y ella me respondía, a penas hablábamos, a mi no se me daba muy bien leer sus gestos, pero nos hicimos amigas.
Cuando decidí dejar la natación, ella siguió adelante, pero perdimos el contacto, todos los años que siguieron, siempre pensé que tenía que existir alguna manera de ayudar a estos niños, los que no podían entendernos cuando hablábamos, así que un día pregunte a una profesora de mi colegio, ella me explicó, me entregó información, yo era muy pequeña y la profesora me decía que mi profesión sería un trabajo muy duro, pero muy bonito y especial.
Puedo decir, que gracias a que encontré en mi vida, una amiga muy especial, quise estudiar esto, sino tal vez, jamás me hubiera preocupado por saber de esta profesión.
Hace unos días, me encontré de nuevo con la profesora que me lo explicó todo, y riéndose me dijo, ¿Ya eres maestra?, yo la contesté que si muy emocionada, y me abrazó dándome la bienvenida al gremio, yo la conteste, no soy maestra de Primaria, ella comenzó a reír y al rato me dijo, ya lo se, siempre supe, que serías una gran maestra de especial, incluso cuando no sabías que era esa profesión, te preocupaste por preguntar.
En Junio cumplí el gran sueño de mi vida, cerrando una etapa y un libro. Pero abrí otro gran sueño, trabajar de ello.
Hoy, creo que es el momento de poner un punto y final al capítulo donde escribí ese sueño, porqué lo hice, y me llevó a abrir el nuevo.
Pero antes de hacerlo, quería recordarlo para todos los que me leéis, ya que, me parece una etapa muy bonita de mi vida, tal vez una de las mejores, y los sueños hay que compartirlos.
Ojala todos podáis rememorar algún día, una historia tan bonita como la mía cada vez que penséis en los sueños que habéis cumplido, porque cuando os sintáis de bajón y echéis la vista atrás rememorando las cosas pasadas, veréis, que aunque a veces el camino es muy duro, por llegar a la meta final, todo mereció la pena.
Cierro el año 2009 dejando atrás muchos recuerdos, mucha gente, muchos abrazos y besos, muchos nervios y sobre todo mi gran sueño, pero empiezo el 2010, con otro puñado de ilusiones, historias por vivir, metas que alcanzar y sobre todo… con sacos y sacos de fuerza, para conseguir cambiar el mundo.
Dedico este texto a toda la gente que participasteis en mi 2009, sobre todo a las personas que con tanto amor e ilusión han vivido mi sueño.
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