Isemay- Parte 8.6 VIVO

Después de varios minutos más en que los tres guardaron silencio, terminó de vendar las muñecas de su esposo, les dió agua para beber de una pequeña filtración que había en la roca y comenzó a inspeccionar el modo de sacarles de allí palpando las piedras.
-                            ¿Qué buscas?- la preguntó su hermano.
-                            Algo que me indique como sacaros de este lugar- se volvió para mirarle, parecía cansado y estaba muy pálido, necesitaba ayuda cuanto antes- nos vamos a ir los tres de aquí.
Según iban cayendo las horas, Isemay pensó que se habían olvidado de ella, al igual que pensaban sus dos acompañantes, pero no era así, Wilde quería proponerla un pacto y no resultaría al menos que ella viera el deplorable estado en que ellos se encontraban, debía darle tiempo para interrogarlos, que ellos supieran cuan cerca había estado de ella sin que supiera que era su enemigo.
-                            Querida- abrió la puerta de repente sobresaltándoles cuando daba de beber de nuevo agua a su hermano- veo que estas recuperada- se enfrentó a la mirada de odio de la mujer que sin alterarse se volvió para enfrentarle.
-                            Mi hermano tiene fiebre, te exijo que lo saques de aquí- se acercó a él con paso decidido desafiándolo con la mirada- no puedo creerme que hayas llegado tan lejos en tu locura- le acusó.
-                            Mi niña- se volvió Wilde hacia sus hombres- he ordenado que traigan comida y bebida para ellos, te dejaré cuidarlos unas horas más, he venido a proponerte algo.
-                            ¿Cuidarlos?- le preguntó ella- ¿Acaso no piensas soltarnos? No quiero ningún trato contigo, solo quiero irme a casa.
-                            Si, querida, bueno, no exactamente, ellos podrán irse cuando nosotros lleguemos a un acuerdo, de momento los necesito aquí, para mantenerte a raya a ti, y bueno, también a ellos, se que no pondrían tu vida en peligro ¿Verdad?- le preguntó a Osmar pues sabía la respuesta de Uwuain y se acercó para estar frente a frente- ¿No contestas?
-                            Ya sabes la respuesta- le contestó Osmar- Pero ¿Por qué no te quedas conmigo y les sueltas a ellos? Nuestras familias son las que están enfrentadas, y mi esposa no tiene nada que ver en todo esto, solo un cobarde se atrevería a incluir a una mujer en las afrentas de los hombres.
-                            Oh, no cualquier mujer- rió él- no estaría aquí si me hubierais puesto las cosas fáciles.
-                            Suéltala- pidió Uwuain desde el fondo de la estancia.
-                            A ella no puedo soltarla- le habló tajante volviéndose para mirarle e Isemay reprimió un escalofrío al ver que volvió la mirada hacia ella, pero se volvió hacía él sin miedo.
-                            Puedes soltar a mi hermano, al menos- se adelantó ella un paso al ver que Wilde también andaba hacia ella, prefería no demostrarle temor pues de lo contrario sería peor.
-                            ¿Crees que no se lo mal que te lo ha hecho pasar tu esposo todo este tiempo?- le sonrió mientras se acercaba aun más- Con él aquí tu no me complacerías en lo que te pidiera, querida- la tomó de los brazos acercándola aún más a él y ella pudo notar sus cuerpos pegados- Y quiero mucho de ti- la susurro lo bastante fuerte para que ellos lo oyeran- Lo quiero todo- se acercó para besarla pero Isemay lo empujó y apartó la cara.
-                            No la toques- intentó echarse Uwuain hacia delante para golpearle- no la pongas una mano encima.
-                            Basta- le abofeteo Wilde echando a Isemay a un lado y al ver que Uwuain volvía a mirarle desafiante levantó la mano de nuevo.
-                            Si vuelves a tocarle- corrió a colocarse delante de su hermano- me dará igual que los mates a ambos- le empujó para separarle de él, después alzó la cabeza y le miró directamente a los ojos desafiante- no conseguirás nada de mi, lo sabes, Wilde, no hay nada entre nosotros, y no lo habrá nunca. Éramos amigos…
-                            Que ingenua eres querida- la tocó la mejilla y ella apartó el rostro.
-                            Suéltala, no vas a conseguir nada- volvió a hablar Uwuain.
-                            Claro que lo conseguiré, ven querida- la agarró de la cintura y la acercó contra su cuerpo de nuevo- voy a conseguirlo todo- la repitió y acto seguido la separó tirándola contra su hermano- disfrutarla mientras podáis- rió y salió de allí.
-                            Espera- grito ella antes de que cerrara la puerta y corrió hacia la puerta que se abrió de nuevo- ¿Cuál es el trato por dejarles ir?
-                            Que seas totalmente mía- se dió la vuelta y la puerta se cerró ante ella.
-                            Maldito seas- grito ella golpeando la puerta- jamás seré tuya- grito con todas sus fuerzas y después recordó que no estaba sola, cuando se volvió los dos hombres la miraban- ¿Estas bien?- se acercó corriendo a su hermano al recordar que le había golpeado.
-                            Si- la sonrió él mientras ella le limpiaba la comisura del labio que le sangraba- ¿Qué quería decir con eso?
-                            No importa- le sonrió a medias- debes descansar un poco.

Comentarios

orthos62 ha dicho que…
hola Tamara buenos dias pasé un momentillo a leer el capítulo de Isemay y me imagino que en el proximo sabremos las intenciones que tiene el individuo, jejeje esto de los relatos es lo que tiene, te quedas con la miel en los labios.
un beso y buen domingo.
Tamara ha dicho que…
Hola Orthos, de eso se trata de dejaros con ganas de más para que sigáis leyéndolo jejeje.
Te contesto desde mis pequeñas vacaciones de fin de semana, pero como son las únicas que voy a vivir este año, me han sabido a gloria. Cuando llegue a Madrid me pasaré a visitar tu blog.

Un beso.

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