Isemay- Parte 13.2 VIVO



-                            ¿Estáis bien?- preguntó Uwuain a sus dos acompañantes cuando estuvieron más alejados.
-                            Creo que si- respondió su hermana y su esposo se volvió para mirarla.
Remaron las primeras horas sin descanso, intentando obtener la mayor distancia posible entre ellos y el castillo que aun se veía a lo lejos. Era probable que los estuvieran buscando, y mandaran varias barcas a capturarles si lograban verles. Después, Sumerhill comenzó a parecer un punto lejano, y los tres soltaron los remos dejando que el mar les guiara.
Con un pequeño madero que consiguieron del agua, su esposo improvisó una vela con su camisa, el aire les ayudaría a alejarse cada vez más del castillo. El sol de la tarde les secó rápido las ropas, pero con el mismo apremio quemó sus pieles, aun sensibles, por los golpes.
Llevar varios días sin agua dulce, únicamente mojándose los labios no ayudó a que se mantuviera hidratados, y esa misma noche, pequeñas ampollas comenzaron a salir en las partes enrojecidas por el sol provocando escozor y dolores en los lugares donde el agua salina del mar les tocaba.
Con la aparición de la luna, la marea subió, pero la noche les escondió y cobijó bajo su oscuro manto, trayendo el descanso a sus pieles quemadas, y también resguardándoles de los posibles mirones que aún les buscaran desde el castillo. Isemay fue la primera en quedarse dormida, prefería no pensar en la comida, ya que era difícil adquirir alimento en aquellas circunstancias, y tampoco quería preocupar a su hermano. La costaba respirar, y suponía que se había roto algunas cotillas o durante los golpes o en la caída al agua, sería mejor esperar a llegar a tierra para importunarles con sus dolores, mientras tanto, era preferible guardar silencio, y la noche, le daba el descanso que ella necesitaba.
-                            Esta agotada- comentó Uwuain cuando observó la respiración de su hermana pausándose a causa del sopor.
-                            Nosotros también- le indicó- deberíamos hacer turnos para vigilar que nadie nos siga, y también para que la barca no vaya a deriva durante toda la noche.
-                            En verdad, no sabemos donde esta la tierra, ¿no es así?
-                            Supongo que si rodeamos el castillo llegaremos a tierra firme, pero tal vez lo hagamos demasiado cerca, por eso me alejé.
-                            ¿Has navegado por mar todo este tiempo?
-                            Los primeros años después de que tu hermana y yo nos casáramos, realice algunos viajes.
-                            Deberíamos entonces empezar a preocuparnos por la comida, supongo.
-                            Mañana nos ocuparemos de ello, esta noche no vamos a poder pescar nada.
-                            ¿Y el agua?
-                            Estamos rodeados de ella- bromeó pero al ver que su amigo no reía le aclaró- ante eso no vamos a encontrar remedio, intentaremos cobijarnos del sol, y rogaremos por llegar pronto a tierra.

Comentarios

orthos62 ha dicho que…
Bueno al menos Osmar no perdió el sentido del humobr, jajaja es cierto que tenían agua por todos lados. pero lo van a pasar fatal con las quemaduras, aunque está claro que lo orimero es escapar lo mas lejos posible.
Voy a por el siguiente.
un beso
Tamara ha dicho que…
Al mal tiempo buena cara, ¿No dicen eso?

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