Isemay- Parte 15.18 VIVO
La oyó moverse al otro lado de la cama, había cambiado de postura y ahora le miraba, estaba dormida, seguro, de otro modo no se habría dado la vuelta, ¿Qué no le importaba? ¿Anulación?, ¿Uwuain? Al diablo con todos, era su esposa, e iba a quedarse con ella, en contra de todo el que se opusiera, y cuando la tuviera a salvo, iba a hacerle pagar a Wilde, los golpes que la había dado, todo su ejército marcharía contra su castillo, y pobre del que se opusiera, las leyendas sobre el halcón negro volverían a escribirse después de que masacrara todo ese lugar.
Cerró los ojos e intentó concentrarse, pero una mano le rodeo la cintura, y rozó su abdomen, rápidamente un impulso eléctrico recorrió todo su cuerpo, que reaccionó ante aquel tacto, no quiso moverse, podía romper el hechizo y que ella no volviera a acercarse, hacía tanto tiempo que no dormía con una mujer, que ya se le había olvidado lo bien que olían y lo suave que resultaban sus manos cuando le tocaban. A penas se movió, pero le sujetó la mano entre las suyas para que no se separara de él en toda la noche, si de ella no podía obtener nada más, al menos sería el placer de protegerla, sus otras necesidades bien podían satisfacerlas otras mujeres.
Casi sin darse cuenta, se quedó dormido. Soñó con una niñita rubia que con dos trenzas corría hacía él una mañana, para informarle que su hermano le esperaba en las caballerizas de Sabell, vio como le sonreía, y la revolvió el cabello despeinándola, ella frunció el entrecejo y se alejó corriendo en dirección a su casa. Soñó cuando Uwuain y él regresaron una hora después a Sabell, ella se encontraba sentada en las escaleras principales, con los codos apoyados en las rodillas y la cara enterrada entre sus manos, sus cabellos habían sido cortados, y ella lloraba desconsoladamente.
Soñó con Uwuain saltando del caballo antes de que su madre llegara a ella con las tijeras en la mano para cortarla la segunda trenza. Estaba enfadada, pero Uwuain se interpuso entre ella y la pequeña protegiéndola con sus brazos. Osmar veía a través de sus lágrimas unos bonitos ojos que le miraban asustados. Algo le había echo desmontar del caballo y ponerse al lado de su amigo, como si con ese gesto pudiera brindarla protección él también. En sus sueños volvió a sentir la mano de la pequeña sobre la suya, y como sus deditos le rodearon agarrándole con fuerza.
- Por favor- la oyó susurrar.
Comentarios
un besote castellano y que tengas buen dia.
Lo mismo cambia, lo mismo no, los mismos los cambios que quiere Isemay no son los que consigue... El libro tiene muchos altibajos, y muchas sorpresas inesperadas.
Creo que, un hombre que piensa que puede obtener placer de otras mujeres, estando enamorado de la suya, no es un enamoramiento muy sincero, pero también es cierto, que no sé como es la forma de amar de los hombres.
Besos.
Impaciente el Osmar pero que te casen con una niña pequeña tiene esas cosas.
Ahora se da cuenta que es una mujercita y que no tiene nada que envidiar a cualquier mujer que se precie. Ya empieza a pensar en ella como su amorcito.
Na, Osmar lo tiene fácil, que le regale algo bonito.
Saludosssss
Yo creo que más que ser una niña, es que estaba bien visto tener a muchas, así que, ¿Por qué no?
Un regalo, bueno, ahora mismo estan perdidos de la mano del mundo...
Un beso.
Besos.