La vida y los bolos
Hoy estoy planteándome que la vida es como una partida de bolos, hay siempre quien hace plenos, y hay quien, como yo, tiramos algún bolo porque ya toca.
Me explicaré mejor, creo que la vida, siempre nos deja opciones para elegir, como en una partida de bolos, tenemos un montón de bolas, cada una de ellas, podíamos compararla con las opciones de la vida, comprarte una casa, aspirar a un buen trabajo, tener hijos, casarte, cumplir un sueño, vivir el día a día, pasar de todo, y como en los bolos, cada una de esas opciones, pesa de una forma u otra en la vida, si eliges casarte, y coges la bola que menos pesa, es decir, no esforzarte por ese matrimonio, no tirarás ni un bolo, si eliges la misma opción, escogiendo la bola más pesada, la que casi no puedas levantar, al final del camino, seguramente te sentirás satisfecho.
Pues en mi vida, hago normalmente lo contrario que hago en los bolos, suelo elegir el camino más largo, más costoso, pero que más gratificaciones me da, por ejemplo, en el amor, suelo elegir la bola más pesada, bueno, o ella me elige a mí, es la bola de la distancia, la de la nostalgia, la del esfuerzo continuo, la de la fortaleza para soportar los baches, la del camino lento... Pero, mientras la bola recorre el camino hacia las opciones, uno no lo pasa bien, tampoco mal, pero cuando la bola llega al final, suele hacer pleno, y todo lo pasado mereció la pena.
Por otro lado está el trabajo, siempre la bola que más pesa, mucho más que la del amor, porque, en el amor dos somos los que cargamos con ella, en el trabajo, soy yo sola y mi maleta de recursos, cuando decidí ser maestra, decidí la bola de la educación especial, de los alumnos con discapacidades severas o profundas, escogí la bola de la lentitud, de los retrocesos, de los pasos pequeñitos, una bola llena de amargura cuando no consigo lo que me propongo, de tristeza, cuando a algunos de mis alumnos las enfermedades asociadas les vencieron la batalla, una bola de perseverancia continua, de no poder caer nunca, de trabajo y esfuerzo,... Pero, al igual que con la primera bola, mientras recorre el camino, no lo pasas bien, tampoco mal, pero, una vez que llega a puerto, todo lo pasado mereció la pena.
Ahora entramos en los amigos, me pasa lo mismo que con lo anterior, elijo la bola más pesada, algunas veces la comparto con quien recibe mi amistad, otras veces, creo compartirla y termino cargando sola con ella, esas bolas, son las que te acompañan en las tardes en solitario, te hacen una llamada de madrugada, las bolas de las preocupaciones, de la soledad en algunas ocasiones, de saber que puede que te defrauden, de derrumbar murallas... Esta bola, tiene además, algo especial, y es que, a diferencia de las anteriores, a veces, la bola se desvía, se va por los carriles laterales, y se fue sin tirar ningún bolo, pero, otras veces, esa bola, acierta de pleno, y uno se da cuenta, de que puedes haber tirado mil bolas, que solo cinco o seis, o menos, o más, llegarán bien al final, pero, todo lo pasado, mereció la pena.
Están las bolas que elegimos para la familia, la del dolor compartido, la superación, la frustración, los enfados no justificados, las discusiones por tonterías, la bola del pasatiempo, de los regaños, de tirar piedras contra tu tejado... Pero esta bola, siempre hace pleno, porque la familia, al menos la mía, siempre está conmigo, y todo lo pasado, mereció la pena.
Reflexionar un momento, si la vida es como una partida de bolos, ¿Quiéres jugarla conmigo o sentarte a esperar que los demás hagan los plenos? Definitivamente, si, yo siempre elijo el camino más difícil, pero, lo que me espera al final, supera con creces lo que he pasado para conseguirlo.
Comentarios
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Brisa poética, que abrí para escribir algo diferente.
saludos.
Saludos.
Pero, en cierta medida, también son cartas con las que jugamos, pero puedes elegir descartarte y tirar la toalla, o jugarlas. Las opciones siempre terminan estando, aunque a veces no nos gusten ni unas ni las otras.
Besos. Buen fin de semana.
Saludos.
Yo en base a mi experiencia pienso que jamás se debe de perder el norte y desesperarse.
Me acuerdo cuando una parte de mis amigas decidieron no estudiar, yo trabaje muy pronto y siempre compaginé mis estudios universitarios y claro iba bastante agobiada y no podía salir como ellas salian, ellas tenían sus novios ya con 16 años y yo añoraba sus situaciones ... pero ahora con perspectiva pues pienso que mi camino fué el más acertado y que todo llega, hay tiempo para todo.
Y hay unos años muy muy importantes que si no eres listo pues pasan y después te pesaran como losas, son los años de 18 a 25 años, esos años son fundamentales para una persona, la formación primordial, porque de ahí partirá tu vida futura, es enserio.
Hay amigas que con 22 años ya se encontraban casadas y yo aún no conocía ni a mi marido, jajaja, en fín, despues la vida te recoloca y te da la razón.
Por esto, te doy la razón, la vida es una partida de bolos, hay quién tira el bolo a toda velocidad y recorre el trayecto en un santiamen, sin pena ni gloria. Y hay otras como yo, que la tiran bien derecha pero con un ritmo lo suficiente para darte tiempo a saborear el camino, el sacarle el jugo, disfrutar de todo, y llegar a tu objetivo final.
¿que más da el tiempo? tenemos tiempo para todo, no por correr o coger el atajo más fácil te saldrán mejor las cosas. No señor!
Y esta forma de vivir, te hace previsora, estar alerta, poseer seguridad en tus acciones, y darte cuenta que estas viviendo algo mágico. La vida.
Debes estar orgullosa de tener la cabeza tan bien amueblada Tamara, eres muy joven y uffffff si yo te contara la de serrín que tiene parte de la gente joven. Hice mis practicas de CAP en un módulo de PCPI y la palabra resumen de esos 3 meses es: pena! qué pena Tamara, si no entienden lo que leen!
Por esta razón felicidades por tu entrada!! felicidades por ser como eres!! sientete orgullosa de tu labor profesional porque con tu madurez y buen corazón estoy segura que serás de gran ayuda para esos niños y te querrán un montón.
Un beso. Amelia!
Saludos.
Un beso.
Yo no puedo decir lo mismo con respecto al novio, porque lo tengo desde bien joven, pero si, compaginé mi vida, con mis estudios, con mi trabajo, y a lo mejor con más cargas de las que debía, aún así, al igual que tú tampoco me arrepiento, porque nunca tuve prisa por terminar una etapa, las viví todas, a mi manera, pero lo mejor que supe, y las amigas que se fueron por no entender que yo no tenía el mismo tiempo libre que ellas, las dejé marchar, comprendí su madurez, tan distinta a la mía, y seguí adelante.
Muchas han vuelto comprendiendo lo que yo vivía, otras, bueno, fue mejor para mí no seguir a su lado, ahora, muchas veces, comparo experiencias, y me veo, y las veo, y sigo sin arrepentirme de nada, yo tengo lo que siempre quise, ellas, no sé si tienen lo que desearon, pero, no era la opción que yo escogería, así que, me alegro de que nuestros caminos se separaran.
También te doy la razón, hay un momento para cada cosa, a veces, por querer vivir demasiado deprisa, te pierdes cosas que ya no podrás recuperar.
Jajaja, ¿Sabes? De veras nunca pensé que fuera madura para mi edad... En cierta medida, esa cabeza amueblada, se la agradezco a mi madre, ella siempre me pone los pies en la tierra para que no sueñe demasiado con el mundo ideal. Tal vez, me enseñó a colocar cada mueble donde debía, dándome la libertad para decidir siempre, que lo que hacía, era por mí, no por ella.
Y finalizando jajaja, espero que tengas razón, y que pueda ayudar a muchos niños, me queda aun mucha vida, y bueno, cuando salí de la carrera dije en mi discurso de graduación, que esperaba poder cambiar el mundo con pequeños granitos de arena, a lo mejor, puedo llegar a conseguir cambiar una parte de él, sé que todo es imposible, pero es como la película de cadena de favores, yo ayudo, les enseño a ayudar, y ellos ayudarán algún día, y así sucesivamente, hasta que el mundo sea mejor.
Besos amiga. Espero que pases un muy buen fín de semana.
Saludos
Un beso.