Isemay- Parte 19.4 VIVO

Osmar se apartó hacia un lado y la cogió de la mano para poder coger con la otra el vaso de limonada que le había servido.
-                            Espero que os guste, me pareció que había salido demasiado fuerte- intentó romper el hielo.
-                            Seguro que esta exquisita- desafió Liperto a Osmar.
La batalla que estaba surgiendo con sus miradas, era más potente que si la hubieran realizado a puñetazos, la agresividad podía masticarse en el ambiente, y la tensión entre los oponentes era palpable en cada uno de los lugares de la residencia.
-                            Esta buenísima, mi amor- sonrió Osmar a su esposa y la volvió hacía si para darla un beso en los labios- casi tanto como tu.
-                            Osmar…- comenzó a regañarle ella y se sonrojo.
-                            Por fín- intervino Clotilde- pensé que os iríais sin comportaros como un matrimonio.
-                            Ya ves, hemos arreglado las cosas- sonrió Osmar sin dejar de mirar a su esposa.
Isemay sabía que retirar la mano sería hacerle un feo delante de todos, pero parecía que el lugar donde descansaba la mano de él, rodeando la suya con los dedos, estaba ardiendo, tanto, que el calor comenzó a subir por su brazo hasta que estuvo segura de que las mejillas se le habían teñido de un rojo oscuro, Osmar también lo vio y retiró la mano de la de ella poco a poco, no quería hacerla sentir incómoda. Al fin y al cabo, quería darla tiempo para que se acostumbrara a él, y estaba haciéndola sentir como si marcara territorio con su posesión.
-                            No sabía que te gustaran las rosas- comentó Uwuain observando la flor que Liperto le había traído.
-                            Si quieres, podemos ordenar plantar rosas cuando lleguemos a casa- continuó Osmar- seguramente un jardín lleno de rosales, sería perfecto y daría un toque femenino a nuestro hogar.
-                            ¿De verdad podré plantar rosas?- se volvió hacia él sorprendida porque le dejara tomar decisiones en la decoración de su casa.
-                            Claro que si- sonrió él sintiéndose culpable por no haberla dejado nunca participar en esas tareas- estoy seguro de que a Uwuain no le importará que traslademos algunas de las plantas de Sabell, así tu te sentirías como en casa.
-                            A Reyna le encantaban las rosas- sonrió ella y se volvió para entrar la bandeja dentro de la casa.
-                            Compraremos una mascota para ti en cuanto lleguemos a Halk- la apretó la cintura antes de verla desaparecer por la puerta.
-                            A Reyna la hubiera encantado oír eso - oyó a su hermano tras ella.

Comentarios

sabores compartidos ha dicho que…
Que bonito regalo es una rosa. Creo que a la mayoria de las mujeres les encanta. Yo tambien plantaria un rosal si mi chica me lo pidiera, esta claro, jeejej
un besote
EldanYdalmaden ha dicho que…
Uhmmmm , se calman las aguas?
Qué tendrá que decir Lip para aguar la fiesta? seguro que algo
saluditos profe
Tamara ha dicho que…
Orthos, lo que no debe hacer es pedírtelo, debes plantarselo porque si... Las mujeres decimos que no, cuando estamos pensando, si no sale de él hacerlo...

Besos.
Tamara ha dicho que…
Daniel, que poca fe tienes en que Lip deje de meterse entre ellos.

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