Isemay- Parte 33.3 MUERTO
A lo lejos se oyó un grito, y luego otro, Isemay fue consciente de ello porque se aferró al brazo de su esposo para que no la abandonara en la cama. Osmar se volvió a penas para mirarla y rugió al hombre o mujer que golpeaba la puerta.
- Señor- oyó gritar a uno de sus hombres cuando este fue consciente de que ya había despertado a la pareja- la aldea esta incendiándose, Lord Uwuain me pidió que le avisara.
- ¡Un incendio!- se levantó rápidamente Isemay de la cama y apretó a su hijo contra ella- ¿Qué vamos a hacer?- dijo moviéndose rápidamente de un lado a otro de la habitación.
- Vístete, mi amor- la pidió volviéndose para mirarla sin soltar la espada de la mano- tu hermano ya habrá mandado a algunos hombres a comprobar los daños- pudo ver como temblaba frenética.
Se acercó a su espalda y la abrazó levemente antes de pasar a su lado y dirigirse a la ventana. Las luces del pueblo estaban encendidas, las ventanas de las casas iluminadas, y un gran ajetreo provenía de su interior, se oían gritos a lo lejos, muy leves desde la distancia a la que se encontraban del fuego. Isemay se acercó a él y siguió su mirada, a lo lejos, cerca del campanario y ocultas entre las moradas de los habitantes de la aldea se veían las llamas y el humo subir hasta el cielo. Como si fuera una ofrenda a un Dios que esperara eso de aquellos habitantes. Probablemente muchos, acababan de sacrificar sus vidas llenas de recuerdos por ese fuego abrasador.
- Hay muchos hombres sofocándolo- la contestó sin mirarla al ver otro grupo de hombres que corrían a través del patio hacia las puertas de la muralla que rodeaba su casa- seguramente lo paren antes de que llegue al campanario.
Comentarios
Seguro que algún malaje ha incendiado eso.
Muas