Relato: El mundo.

“Hace mucho, mucho tiempo, todo estaba muy oscuro, el mundo se veía todo de color negro, no existían el resto de los colores, pero Dios pensó que el mundo así era muy, muy aburrido, así que llamó a su amigo el sol y le dijo:

-       Necesito que haya luz en el mundo.

Y el sol, que era un buen amigo, empezó a brillar con mucha fuerza.

Y como agradecimiento, Dios le hizo el dueño del aire, así que le subió flotando al cielo y le regaló el color amarillo para que el mundo tuviera un color.

Pasaron unas horas, y el sol estaba cansado de brillar tanto, así que, le pidió ayuda a Dios.

-       Necesito un tiempo para poder descansar- le dijo el sol.
-       Llamaré a mi amiga la noche- le dijo Dios- cuando ella salga, tu podrás descansar.

Así que Dios llamó a su amiga la noche, para que el sol pudiera descansar, y la noche apareció en el cielo y apago de nuevo la luz del mundo, así, todo el mundo podía dormir.

Y Dios como agradecimiento, la regaló el color azul, para que en el mundo, también existiera ese color.

Pero los angelitos que vigilan el mundo de noche, también se dormían, como todo estaba oscuro, no tenían nada con lo que jugar.

Así que, le pidieron un juego a Dios. Y Dios, pensó y pensó, y decidió colocar en el cielo unas estrellas brillantes, los angelitos podrían contar las estrellas del cielo y así no se aburrirían.

Y las estrellas aparecieron en el cielo, y Dios como agradecimiento, las regalo el color blanco, así el mundo tendría este color.

Pero los angelitos, empezaron a discutir, unos decían que había mil estrellas, otros que había dos mil, así que Dios le pidió a la noche que ayudara a los angelitos a dejar de discutir.

La noche no tenía la solución, pero el sol, si la tenía, si el sol mandaba de día, Dios necesitaba a alguien que mandara por la noche.

Dios pensó y pensó, y decidió llamar a su amiga la luna, y la hizo dueña de la noche, así, hay algunas noches, que la luna se pone grande, grande y redonda, para que los angelitos jueguen con ella al futbol, y otras noches, que se pone como una cuna, para dormir a los angelitos que están cansados.

Y como agradecimiento por cuidar de la noche, Dios regaló a la luna el color plateado, para que brillara mucho más que las estrellas y así fuera la gran jefa de la noche.

Y así, en el mundo, apareció la noche y el día, con el sol amarillo, la luna plateada y las estrellas blancas.

Pero al día siguiente, cuando se hizo de día, los angelitos decidieron jugar al escondite, pero claro, como no había nada en el mundo, el que se la ligaba les pillaba muy rápido, porque no tenían ningún sitio donde esconderse.

Así, los angelitos se terminaron aburriendo, y fueron a pedirle ayuda a Dios, que pensó, que los angelitos necesitaban un lugar para esconderse.

Y Dios, pensó y pensó, y decidió crear los ríos, para que los angelitos pudieran esconderse bajo el agua azul.

Pero no a todos los angelitos les gustaba el agua, en invierno, el agua estaba muy fría, y los angelitos podían constiparse, si se metían en el río, así que Dios decidió crear también los árboles, para que algunos angelitos pudiera esconderse entre sus hojas verdes.

Pero los angelitos, nunca tenían prisa por salir de su escondite, así que había angelitos que se escondían durante días y días entre los árboles, y Dios, preocupado porque no comían nada durante ese tiempo, hizo que los árboles dieran frutos, para que los angelitos, comieran algo mientras estaban escondidos, así aparecieron las manzanas rojas, las peras verdes, los plátanos amarillos.

Uno de los angelitos, tiró sin querer una manzana y claro, le pillaron, porque en el mundo no había ningún ruido, así que subió al cielo, para pedir ayuda a Dios.

Dios pensó y pensó, como podía llenar el mundo de sonidos, y creo los animales, unos para el agua, otros para el aire, y otros para la tierra.

-       Guau, guau- Decía el perrito.
-       Miau, miau- decía el gatito.
-       Iha iha- decía el burrito.

Y así, todos los animales hacían muchos sonidos para que los angelitos pudieran seguir jugando al escondite.

Los angelitos eran tan juguetones, que Dios pensó que tenía que crear algo más en el mundo, para que cuidara de los ríos, de los animales, de las plantas y las flores, así los angelitos, siempre tendrían un mundo perfecto en el que jugar.

Y a Dios se le ocurrió una gran idea, creo al hombre y a la mujer, para que cuidaran de todo. Y los llamó Adán Y Eva.

Y desde ese día, los angelitos tienen un nuevo juego, muy, muy importante, Dios les dio, una nueva misión, cuidar de todas las personas, y cuidar del mundo para las personas sean felices en el

Pero hay veces que las personas se olvidan de Dios las regalo el mundo para que lo cuidaran y lo tratan mal, tiran basura a los ríos, y hacen daño a los peces que viven en el, también tiran papeles al suelo, y ensucian el aire. Entonces, los angelitos que cuidan del mundo, se ponen a llorar mucho, mucho, y avisan a sus amigas las nubes, que hacen que haya truenos y relámpagos, y que las lágrimas de los angelitos, lleguen a la tierra como la lluvia”.

Comentarios

EldanYdalmaden ha dicho que…
Bonito relato Tamara.
Y Dios dijo, hágase la luz, y se hizo.
Eso de hia hia, me suena de algo, lo digo casi todo el día.

:)

Muas
Arte de enseñar ha dicho que…
Aunque no nos demos cuenta, a veces Dios nos da muchas cosas. Un besazo.
Anónimo ha dicho que…
Bonito relato Tamara.
Saludos.
Arte de enseñar ha dicho que…
Gracias Jorge, muy amable de tu parte pasar a leerlo. Un besazo.

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