Isemay- Parte 36.5 EXILIADO

-                             

-                            Pues tenemos un dilema, porque ese sobrino, es mi hijo, y pienso protegerle, no voy a dejar que los enemigos de Osmar se echen sobre él como buitres, y es lo que ocurrirá si se enteran de que él es su padre. No he estado dos años protegiéndole, no perdí mis tierras porque mi hijo estuviera a salvo para que se eche a perder todo mi esfuerzo.

-                            Siempre puedo escribir a su padre e informarle que los dos os encontráis bien, pero, podríamos evitar eso, si le decimos la verdad, no ahora mismo, tienes razón en que no lo entendería, pero sí cuando crezca.

-                            Pensé que ya habrías informado a Osmar, pero aún si le informaras ahora, no puede regresar, y fue nuestro trato.

-                            Un rey jamás acepta prohibiciones Isemay, recuérdalo siempre.

-                            Le salve la vida, le dí más de lo que él me entregó a mí, y yo pensé que mi rey tenía palabra.

-                            Estas entregando su heredero a tu primo, ¿Piensas que no tengo palabra? Claro que la tengo, pero es de mi sangre- dio un golpe sobre la mesa molesto.

-                            Reynald sabe que no es su hijo, él y yo nos queremos mucho, y sí, mi hijo será su heredero, mientras no quiera tener hijos propios.

-                            No es justo para tu hijo, ni para Reynald, ni para ti.

-                            ¿Estar creciendo en unas tierras no es justo para mí hijo?

-                            Que no tenga las que por derecho le corresponden, eso es lo que no es justo Isemay.

-                            Las perdí al salvar a su padre y a su tío, ¿Sería mejor vivir en una granja con él y que ambos hubieran muerto? Porque si eran esas su preferencias majestad, debió haberlo dicho antes de que echará mi vida por la borda para salvarles.