Isemay 40.1
Capítulo 40
Uwuain paseaba de un lado a otro de la habitación, nervioso, colérico y
preocupado por lo que acababa de escuchar. Era el segundo vaso de licor que se
tomaba y parecía no poder dejar de dar vueltas, su mano estaba apoyada en la
espada que tenía ceñida a la cintura, pensar que su hermana y su sobrino
estaban en peligro no lo hubiera imaginado nunca, pensaba que ella viviría
feliz y a salvo con Reynald, y ahora descubría que si vivían tan alejados era
porque no tenía otro lugar donde protegerla. El mismo Isobair había comprado
una residencia cerca de la suya para estar alerta y acudir en su ayuda en el
caso de que lo necesitaran.
-
¡No puedo creer esto!- Rugió por décima vez Osmar- ¿Y
os habéis atrevido a viajar con ellos en el camino? Yo debí desplazarme allí,
con todas mis tropas.
-
¿Entiendes ahora la situación?- hablaba el rey-
Necesito que estén a salvo, y nadie les hará daño en mi hogar, sin embargo el
suyo no es seguro, Isemay tiene quince días para convencerse de que aquí
estarán a salvo, o de que no pueden volver a su hogar, hasta que no se haya
cogido a los agresores, pero si no lo hace, nadie podrá detenerla.
- Su seguridad irá por encima de todo, y haré valer mis
derechos como esposo y la mantendré a mi lado, ¡Maldita sea! La enviaré lejos
si es necesario.
-
No es tan sencillo- interrumpió Reynald.
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