Una nueva vida- Capítulo 3.1
Llovía torrencialmente en una tarde de Octubre, rara vez llovía en su ciudad, pero ese día el clima había cambiado, el agua se derramaba por los escaparates de las tiendas, inundaba las calles, convirtiendo las calzadas en ríos plateados, Radians estaba resguardada debajo de una techumbre cuando un carruaje paso por delante, alguien la observó entre las sombras pero no pudo distinguir su rostro pues el agua se deslizaba por los cristales mojados, el carruaje se fue, y Radians, siguió pensando en lo mal que dormiría esa noche, pues el suelo de su casa estaría mojado y no podría descansar.
Se encontró con una mujer anciana, de pelo canoso pero muy bien vestida, le recordaba a su abuela y se quedó observándola, la anciana se acercó a Radians, la sonrió y después la entregó una moneda. Era la primera moneda que recibía desde hacía un año y decidió ir a comprar un libro, antes la había gustado estudiar y leer pues era así la única manera que tenía de aislarse del mundo y ya que esa noche no podría dormir necesitaría entretenerse, y esa sería una buena manera de hacerlo.
Se dirigió a la librería que estaba justo delante de una escuela y observó el colegio con envidia y cierto recelo, jóvenes estudiantes salían de él, con sus uniformes impecables y criados o mayordomos que les esperaban con paraguas para que no se mojaran con la lluvia, el carruaje que había pasado por delante de ella estaba allí estacionado, pero no le dio importancia y entro a la librería decidida a comprarse un libro.
Comenzó a mirar las estanterías, eligió uno y se dirigió al tendero, depositó el libro sobre el mostrador y tímidamente abrió la mano enseñando su moneda, el dependiente la miro y sonrió.
— No tienes suficiente pequeña- le contestó, así que se disculpó, dejó el libro sobre el mostrador y se marchó de allí.
Llegó a la que durante ese tiempo había sido su casa y aunque el suelo estaba mojado por la lluvia se tumbó en el, tenía unas ganas inmensas de llorar pero no podía hacerlo, ya no la quedaban lágrimas, después de todo lo que había llorado años anteriores las lágrimas se le habían acabado.
Y así, se quedó dormida con las manos alrededor de su cuerpo, acurrucada en una esquina donde daba menos el frío aire de la noche.
Continuará...
Comentarios
Besos a las dos.
Con la moneda quería comprar un libro... y ni siquiera ha podido
Espero que cambie su suerte
Y felicidades a tu hermana
Besos
un besin
Parabens a ti tambem pela magnifica continuaçao da tua obra.
Beijinhos
Beatriz
Un beso