Una nueva vida 59
A las siete y media, José bajo al salón, Simón ya estaba allí e Irene se encontraba a su lado, beso a su hermano y pidió para sus adentros que no le ocurriera nada. Eduardo llegó minutos después.
— Parece que se te pegaron las sábanas- bromeo Simón
— Mi esposa se quedó llorando- dijo Eduardo a José- dice que no debía haberte apoyado, que estoy loco, que soy un inconsciente- sonrió a los presentes- lo que no comprendo es porque no viene a decirte todo eso a ti y cuando se acuesta en mi cama deja de hacerme reclamos- señaló
— ¿Qué tal se quedó Radians?- preguntó José impaciente- ¿la viste antes de venir?
— Si, me dijo exactamente que si el asqueroso de Denball te tocaba un solo pelo ella sería quien le retara- rio
— En verdad lamento causarla esta preocupación- dijo José temiendo que Radians volviera a enfermar
— No te rías de los comentarios de Radians- dijo Irene- yo la he visto practicar tiro y te aseguro que mataría a un hombre a cien metros de distancia, por favor- le dijo acercándose a su hermano- sino lo haces por mi, hazlo por ella
Comentarios
Un beso
Besos